Después de una semana sin presentarse a entrenar, Rubén Botta apareció por el predio 4 de junio para sumarse al plantel de Colón. No fue por haber cambiado de postura, sino porque se asesoró con futbolistas agremiados y la recomendación fue que se hiciera presente dado que existe un contrato que está en vigencia.

Colón no le debe nada a Botta, por lo cual el futbolista no tiene ningún motivo como para solicitar la libertad de acción y para salir debe acordar con los directivos sabaleros. En ese contexto, comenzaron las charlas entre Andrés Fassi, presidente de Talleres y la dirigencia rojinegra.

El presidente de Colón Víctor Godano manifestó públicamente que para finalizar el vínculo contractual que es hasta diciembre, pretendía una suma superior a los 500.000 dólares. Extraoficialmente se habla de un monto que ascendería a los 650.000 dólares.

La realidad indica que las gestiones entre Talleres y Colón comenzaron a intensificarse y desde la T afirman que la solución podría llegar en los próximos días. Si bien a Botta lo pretende Tigre y lo llamó Pipo Gorosito, es Talleres el club que más avanzó y en el que seguiría su carrera el volante ofensivo.