En una tarde que prometía ser tranquila, el sábado se convirtió en escenario de horror cuando, minutos después de la una de la tarde, en las calles Valdivieso y Venezuela, en el barrio Eva Perón, en el extremo noroeste de la ciudad de Santa Fe, un motociclista fue brutalmente interceptado por dos individuos desconocidos que también circulaban en moto. El resultado fue una lluvia de balas que terminó con la vida de una persona.

La víctima, identificada como Alberto Gabriel Rodríguez de 38 años, fue socorrida por vecinos y trasladada en el vehículo particular de un residente cercano hasta el hospital Iturraspe. Los médicos de la unidad de Emergentología constataron que Rodríguez presentaba múltiples impactos de bala en el tórax y procedieron a intubarlo, realizando maniobras de resucitación con asistencia respiratoria mecánica. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la víctima falleció después de las 14 horas, víctima de la violencia despiadada.

El suceso violento ocurrió cerca de las 13.30, cuando una sucesión interminable de disparos de arma de fuego resonó en el barrio, seguida de gritos desgarradores y el sonido de un hombre que, montado en su moto, cayó pesadamente sobre el pavimento.

Los vecinos que escucharon los numerosos disparos se apresuraron a salir de sus hogares, solo para encontrarse con la espeluznante escena. Vieron a los dos asesinos huir a toda velocidad en otra motocicleta, dirigiéndose hacia el sur por la calle Venezuela. Fueron precisamente estos testigos los que, conmocionados, alertaron a través del servicio de emergencias 911 sobre el sangriento episodio que habían presenciado.

La respuesta policial fue inmediata. Oficiales y suboficiales de la Comisaría 7° (Orden Público) y del Cuerpo Guardia de Infantería CGI zona norte llegaron en cuestión de minutos para asegurar la preservación de la escena del crimen. Mantuvieron conversaciones con los vecinos en un esfuerzo por identificar posibles testigos que pudieran proporcionar información crucial sobre el ataque mortal.

Asimismo, las autoridades policiales se enfocaron en buscar imágenes de cámaras de videovigilancia públicas y privadas de la zona que pudieran arrojar luz sobre la ejecución brutal de la víctima. Su objetivo era identificar a los dos homicidas y llevar a cabo su posterior detención. Pronto, investigadores de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) se unieron a la escena del crimen, junto con peritos, para iniciar la investigación correspondiente.