La Liga Profesional organiza un torneo donde AFA está metida, aunque no se la vea, y donde la TV siempre mandará. Eso seguramente lo deberá entender el hincha de Colón, aunque muchas cosas no cierran y generar sospechas.

Cuando se fue Néstor Gorosito, la dirigencia rojinegra salió al mercado a buscar un sucesor, y mientras el presidente José Vignatti comandaba las negociaciones, el resto de su mesa chica quedó contra la espada y la pared en una situación donde tampoco hubo claridad.

El partido ante Atlético Tucumán estaba programado para las 21 del domingo 29 de octubre. El clima, antes de la llegada de Israel Damonte y posterior 1-0 no era el mejor en el hincha rojinegro.

Entonces se habló de motivos de seguridad para aplazar el cotejo, buscando darle más tiempo al plantel con su nuevo conductor y llevar el duelo al martes 31, en horario diurno.

De repente, cuando se selló la llegada de Damonte, fue el propio presidente el que gestionó con las autoridades de Seguridad, tener la certeza de organizar el partido nuevamente el domingo a las 21. En el medio, la Liga Profesional accedió a cambiar el horario, pero colocarlo a la siesta.

Ahora, cuando Colón aún debe visitar a Banfield, nuevamente la moneda cae un domingo a las 14.30 frente a Talleres, con todo lo que conlleva seguramente encontrarse con una alta temperatura, independientemente que los últimos días fueron lluviosos y con menos grados en Santa Fe.

No deja de ser tal vez un mensaje, al cual deberá sobreponerse el hincha de Colón, fiel seguidor de un equipo que intenta conservar su lugar y al que seguramente, en su despedida 2023 como local, lo apoyará como lo hizo en partidos anteriores.