Gonzalo Morales tuvo un arranque espectacular con la camiseta de Unión. Y no es para menos, ya que en su debut convirtió el gol del empate frente a Racing para evitar la derrota del Tate en el 15 de Abril. A la fecha siguiente anotó dos goles en la victoria como visitante contra Estudiantes por 3-1.

Mientras que, en la 3ª fecha, marcó un golazo de volea para darle el empate al Rojiblanco en condición de local ante San Lorenzo 1-1. Cuatro goles en tres partidos, todos ellos determinantes para que Unión sumara en esas primeras fechas cinco unidades y se mantuviera invicto.

Sin embargo, ese inicio demoledor del Toro fue mutando y la realidad indica que al goleador se le cerró el arco, dado que ya son seis los partidos sin festejar. Pero con la particularidad, de que en los últimos compromisos el Kily González lo reemplazó tempranamente. Lo fue transformando en moneda de cambio.

En el Clásico jugado en el Brigadier López y aun siendo el delantero más peligroso, el entrenador rojiblanco lo sacó a los 17' del complemento para el ingreso de Nicolás Orsini. En ese partido, Morales había tenido un mano a mano que tapó Ignacio Chicco y un cabezazo que controló el arquero sabalero.

Pareció tratarse de un cambio cuanto menos polémico. Y en el partido siguiente, cuando Unión no podía ganarle como local a Sarmiento, el técnico volvió a repetir el cambio. A los 16' del segundo tiempo, salió Morales para que ingresara Orsini, quien desperdició un penal y luego marcó el gol del triunfo.

Y en el último partido ante Boca, una vez más Cristian González sacrificó al goleador rojiblanco cuando se jugaban 15' de la etapa complementaria. A diferencia de los dos encuentros anteriores, esta vez el que lo reemplazó fue Tiago Banega, ya que en ese momento el Tate jugaba con 10 futbolistas por la expulsión de Franco Calderón.