La excepción es Eduardo Domínguez, pero la realidad indica que todos los otros técnicos que dirigieron a Colón en los últimos años fracasaron de manera rotunda en los torneos locales y así lo indican los números. Después de las dos idas de Domínguez, fueron siete los entrenadores que de manera oficial e interina se hicieron cargo del plantel.

Luego de la primera renuncia de Domínguez, asumió interinamente Esteban Fuertes quien dirigió tres partidos en la Superliga 2018/2019, obteniendo dos empates y una derrota con una efectividad del 22%. Posteriormente asumió Julio Comesaña, quien dirigió cinco partidos con un triunfo, un empate y tres derrotas con una eficacia del 26%.

Por su parte, Pablo Lavallén dirigió 19 encuentros en torneos locales, obteniendo cinco victorias, tres igualdades y 11 caídas, alcanzando una efectividad del 31%. Mientras que Diego Osella dirigió siete partidos, con cinco derrotas y dos empates, la eficacia fue del 9%.

Julio César Falcioni dirigió 20 partidos con cuatro victorias, nueve empates y siete derrotas, con una efectividad del 35%. En tanto que Sergio Rondina estuvo al frente del equipo en siete encuentros, cosechando una victoria, cuatro empates y dos derrotas, con una efectividad del 33%.

Mientras que Adrián Marini lleva dirigidos siete cotejos, obteniendo dos victorias, un empate y cuatro derrotas, con una efectividad del 33%. Así las cosas, de los siete entrenadores que precedieron y antecedieron a Domínguez en sus dos ciclos no superaron el 35% de efectividad en los certámenes locales (Superliga, Copa de la Liga y Torneo Final y Binance).

En los últimos cuatro años y sin Domínguez en el banco, Colón jugó 68 partidos por torneos y copas locales, con siete entrenadores. De los cuales ganó 13, empató 22 y perdió 33, obteniendo 61 puntos sobre 204 en disputa con una efectividad del 30%.