Nada más doloroso para Newell’s que una nueva derrota. Es que no muestra signos de reacción. Más allá de que jugó desde el primer cuarto de hora con uno menos por la roja a Guillermo Balzi, no fue capaz de reacomodarse y Godoy Cruz le ganó bien por 2 a 1. Ya sea por una razón u otra, ya sea por la expulsión de ayer o por las bajas por lesión, el conjunto de Javier Sanguinetti continúa en caída, a tal punto que por primera vez en el torneo quedó afuera de zona de clasificación a la Sudamericana. Una realidad preocupante en el Parque.

La iniciativa fue de Godoy Cruz en el arranque y ni tiempo dispuso Newell’s para acomodarse que ya lo perdía por 1 a 0. Ojeda recibió detrás de Sforza, avanzó y sacó un zurdazo desde afuera del área que dio en el palo y se metió.

La reacción del local no tardó en llegar. Con decisión, y no tanta claridad, fue en busca del empate. El talento de Pablo Pérez hizo el resto. Se arrojó en el aire para impactar el centro a media altura de Jacob y de tijera la colocó arriba para poner el 1 a 1.

La imprudente infracción de Balzi a Andrada que le costó la tarjeta roja, previa intervención del VAR, condicionó al conjunto rojinegro un poco más allá del cuarto de hora. Se quedó con uno menos, preso del nerviosismo y de las protestas, entendiendo que fue perjudicado con esa sanción.

Morales se arqueó en el aire y conservó la paridad al desviar por sobre el travesaño una volea de Salomón Rodríguez.

Cada ataque rojinegro resultó muy forzado. Juanchón García la aguantó, sin encontrar socios para descargar. El temperamento de Pérez era la única expectativa.

Newell’s, agazapado, procuró conservar el orden y apostar a la contra. Entre la liviandad del tomba en ofensiva y los cuidados de la lepra, la segunda etapa se desarrollaba con pocas emociones.

Newell’s ya no tenía en la cancha a Pérez y García, reemplazados por Ferreira y Funez. Tampoco a Garro, sustituido por Portillo, toda una señal de que Sanguinetti le dio prioridad a reforzar el medio para la contención. Lo llamativo es que, pensando más en defender que en atacar, quedó mal parado en el fondo y le quedó al ingresado Ramírez para empujarla al fondo del arco vacío.

La lepra se encontró otra vez con la obligación de levantarse, ahora en inferioridad numérica. Puso ganas, pero poco fútbol. Y zafó al anularse un gol a Larrosa por posición adelantada.

El final del partido dejó a la lepra nuevamente de rodillas, un resultado que se convirtió en costumbre. La roja de Balzi y las bajas que arrastra no lo ayudan. Pero tampoco Newell’s se ayuda a sí mismo y se hunde cada día más.