Deportes 17.05.2022
Gabriela Sabatini, cumple 52 años y jugará Rolland Garros
Se retiró a los 26, y con su corta edad hizo una de las carreras más importantes en el deporte argentino conquistando más de un Grand Slam y llegando a la final de los JJOO de Seúl, en donde cayó con Graf, su rival de toda la vida. La mejor tenista de la historia argentina de todos los tiempos
Fuente: Filo.news
Gabriela Sabatini, la tenista más exitosa de la historia argentina, festeja sus 52 años. Sin lugar a dudas dejó una huella imborrable en el deporte argentino: conquistó 27 títulos en singles y 14 en dobles.
Aún se lamenta haber perdido la final de Wimbledon, derrota que le impidió llegar a ser N°1 del mundo, y reconoce que lo mejor de su carrera fue triunfar en el US Open.
Empezó a jugar al tenis a los seis años, en River Plate, siguiendo los pasos de su hermano Osvaldo, quien lo hacía por diversión en la infancia. A los ocho ganó su primera competencia internacional, y en 1982, cuando tenía 12 años, se quedó con el Mundialito Infantil en Caracas. Solamente un año después, hizo su debut profesional: en ITF de Miami venció por 7-6 (7-3) y 7-5 a la griega Angeliki Kanellopoulou.
En junio de 1984, fue campeona de Roland Garros juniors y al otro año perdió el torneo de mayores en semifinales, siendo la mujer más joven en llegar a esa instancia. En 1988, con algunos campeonatos en sus vitrinas, ganó Wimbledon en dobles, y unos meses, después perdió su primera final de US Open ante la alemana Steffi Graf, su gran rival.
Ese mismo año volvió a perder con Graf la final de los Juegos Olimpicos de Seúl 1988, siendo así la única tenista argentina en llegar a esa instancia. Pero un mes después alzó el Masters de Nueva York, el torneo que reúne a los mejores del año. Gracias a ese título, alcanzó el puesto N°3 del mundo, su mejor ranking.
En 1990 levantó el US Open ante Graf, su título más importante. Sin lugar a dudas, marcó una etapa en el deporte argentino, al igual que Guillermo Vilas, aunque Sabatini se retiró más joven: "Cuando lo dejé sentía un agotamiento mental. Llevaba dos o tres años en los que ya no disfrutaba. Me puse en contacto con un psicólogo deportivo y me hizo darme cuenta de que ya no quería jugar más. Estaba agotada, necesitaba alejarme del tenis. Ya no era feliz”, confesó.
Y concluyó: "Durante mi carrera enfrenté situaciones complicadas, viajé sola alrededor del mundo, afronté diferentes tipos de presiones, lejos de casa y extrañando a mi país y a mi gente. Viví una vida totalmente diferente a la de las personas de mi edad. Pero al final, todo ese esfuerzo valió la pena", sentenció la ex tenista, quien ingresó al salón de la fama del tenis en 2006.