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Salud 18.03.2022

Qué es una enfermedad autoinmune y porque se produce

Una teoría sostiene que son el resultado de una “confusión” del sistema de defensas provocada por algunos microorganismos o fármacos.

Fuente: Nexofin

Pese al veloz avance de la ciencia en el área de la salud, las enfermedades autoinmunes mantienen numerosos misterios, de manera que se las define como de origen desconocido. Una teoría sostiene que son el resultado de una “confusión” del sistema de defensas provocada por algunos microorganismos o fármacos. Lo que sí se sabe es que la autoinmunidad puede ocasionar:

– Destrucción de tejido corporal.

– Crecimiento anormal de un órgano.

– Cambios en su funcionamiento eficiente.

También está claro que un trastorno autoinmunitario puede afectar a uno o más órganos o tipos de tejidos y que las zonas más comunes incluyen:

– Vasos sanguíneos.

– Tejidos conectivos.

– Glándulas tiroideas, suprarrenales, páncreas.

– Articulaciones.

– Músculos.

– Glóbulos rojos.

– Piel.

En consecuencia, una persona puede tener más de un trastorno autoinmunitario al mismo tiempo.

Los síntomas varían de acuerdo al tipo y localización de la respuesta defectuosa. Los más frecuentes son:

-Fatiga.

-Fiebre.

-Malestar general.

-Dolor articular.

-Erupción cutánea.

Estas y otras señales pueden aparecer y desaparecer. Cuando empeoran se los denomina “reagudización”.

Después de un examen físico de diagnóstico se realizan exámenes básicos que incluyen laboratorio de sangre y prueba de anticuerpos y análisis de orina. Otros estudios de laboratorio o rutinas de complejidad variable complementan la evaluación para llegar a un diagnóstico certero ya que la mayoría de estas enfermedades presenta síntomas comunes a otras pudiendo generar diagnósticos falsos.

La mayoría de las enfermedades autoinmunes son crónicas, es decir, se debe convivir con ellas toda la vida. Por eso, los objetivos del tratamiento incluyen reducir los síntomas, controlar el proceso autoinmunitario y mantener la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.

Para conseguirlo se suele recurrir a:

– Suplementos para reponer alguna sustancia que al cuerpo le está faltando (hormona tiroidea, insulina o vitamina B12).

– Transfusiones sanguíneas (cuando la sangre está afectada).

– Fisioterapia para preservar el movimiento cuando se encuentran afectados los huesos, las articulaciones o los músculos.

También es habitual el uso de medicamentos para reducir la respuesta anormal del sistema inmunitario (inmunodepresores) tales como los corticosteroides y los fármacos no esteroides.

Algunas afecciones, como el asma y la celiaquía por ejemplo, pueden controlarse exitosamente. En otras, como la esclerosis, el objetivo es aliviar los síntomas y evitar más daños al organismo.

Existen más de 80 tipos de trastornos autoinmunes, algunos de los más comunes son: asma, celiaquía, esclerosis múltiple, fibromialgia y fatiga crónica, lupus, enfermedad de Graves, tiroiditis de Hashimoto, enfermedad de Addison, artritis, miastenia, anemia preniciosa y dermatomiositis.

“Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”

Paul Auster