El teletrabajo se ha impuesto más que nunca desde la llegada del coronavirus (falta el enlace de la enfermedad), que obligó a implantar esta modalidad de trabajo como medida de prevención de posibles contagios entre los empleados de una empresa. Y, aunque como se ha visto estos últimos meses, trabajar desde casa tiene sus ventajas, también puede presentar varios inconvenientes. Uno de ellos, tener a niños alrededor: gritos, juegos, llantos... Imposible concentrarse así. ¿O tal vez sí se puede?

El verano ha traído además otras dificultades que pueden afectar al rendimiento. Las altas temperaturas propias de la estación estival actúan sobre nuestro cuerpo, nos aletargan y, por consiguiente, inciden en nuestra productividad. Asimismo, al estar esta época del año asociada a vacaciones, si nos encontramos en casa, nuestra mente podría desconectar más fácilmente. Para que el verano no influya en nuestro ritmo de trabajo, Manuel Fernández Jaria, sociólogo del trabajo de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), habla de que, a nivel ergonómico (la disciplina encargada de estudiar las condiciones del lugar de trabajo), debemos tener en cuenta tres frentes diferentes: el equipo, el entorno y la organización del trabajo.

Respecto al primero, el experto apunta a la necesidad de analizar muy bien las herramientas y aparatos que manejamos durante la jornada laboral: “Tendríamos que revisar, entre otros aspectos, el tipo de pantalla, el teclado, la iluminación, el modelo de silla sobre la que nos sentamos, el cableado, etc”. Sobre el entorno, Fernández explica que es conveniente controlar la temperatura y que se encuentre entre los 23 y 26 grados; así como trabajar con una humedad relativa de entre un 45 y 65%.

En cuanto a la organización, Fernández aconseja mantener unos hábitos de trabajo productivos y establecer horarios para reuniones y pausas. En este punto, el sociólogo señala que “es importante, sobre todo al principio, mentalizar al empleado ante un cambio de modalidad en el trabajo. Se trata de un cambio organizativo muy grande y hay personas que lo gestionan regular”. De esta forma, añade, “las empresas deberían acompañar con una mentoría y durante los primeros meses para que el trabajador gestione mejor las tareas, los tiempos y la organización”.

Diez claves para un teletrabajo productivo en verano

Fernández aporta diez recomendaciones para que nuestra jornada laboral sea lo más provechosa posible:

• Diseñar un área de trabajo con filosofía hygge, para tener una mayor motivación. Hygge (bienestar en noruego) es una filosofía nórdica de vida basada en disfrutar de los placeres más pequeños y sencillos.
• Revisar la ergonomía para estar cómodo.
• Arrancar el día en modo on: (preparado, vestido, aseado… Igual que si fuéramos a la oficina), para explicarle al cerebro que hemos empezado a trabajar.
• Crear una rutina y seguirla, para ser sistemático.
• Cuidar el orden en la zona de trabajo con el objetivo de mantener una estructura armoniosa del espacio.
• Centrarnos en lo que podemos hacer y no estresarnos con lo que no depende de nosotros.
• Gestionar las interrupciones para no perder miles de horas al final del año.
• Mantener la energía introduciendo pausas activas.
• Trabajar por bloques o por tareas para una mayor organización y no enfrentarnos a la multitarea.
• Seguir cultivando las relaciones sociales para conectar con el equipo y con la misión de la empresa.

Además, Fernández aconseja, al final de la jornada, realizar dos tareas con el fin de mantener una buena organización e impulsar la productividad: programar las tareas del próximo día y reflexionar brevemente acerca de cómo nos sentimos tras el trabajo hecho.