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Deportes 14.04.2020

Tiger: la semana del Augusta que se postergó, los torneos con su hijo y la confesión de que es daltónico

Hoy era el día. Quizá lo había soñado idéntico al de hace un año, cuando resurgió de la nada y concretó un sueño casi imposible a los 43 años: ganar por quinta vez en su carrera en el Augusta National. 

Fuente: LA NACIÓN

El Masters de Augusta. El de la chaqueta verde y todas sus tradiciones. El que le permitió reencontrarse más que nunca con sus afectos, algo que quedó sintetizado en ese primer abrazo con su hijo Charlie. Largo, sostenido. Después le siguieron su madre, Kutilda, su hija Sam y su novia Erica. Tiger Woods se sentía nuevamente vivo. Y poderoso.

Decíamos que hoy era el día y tiene que ver con la vuelta final del Masters, que no se jugó por la pandemia de coronavirus, pero que organizadores, jugadores, aficionados y televidentes esperan tener en noviembre, del 12 al 15, la fecha de reprogramación del Major más especial para Woods. Que vivió, como cada uno que sueña con pisar el Augusta National, una semana atípica. Imaginando en qué hoyo de la emblemática cancha estaría tal día y a tal hora. Tiger, ya con 44 años, tenía un objetivo concreto: lograr su Major Nº 16 para seguir achicando la distancia con el máximo ganador, el legendario Jack Nicklaus, que acumula 18. Deberá esperar en todo caso.

Una suspensión que quizá no le haya caído tan mal, habida cuenta de que los últimos meses había estado inactivo por la recurrente lesión en la espalda. No iba a llegar de la manera óptima a su torneo preferido, pero claro, es un campeón, un ganador nato. Y contó sus sensaciones en un programa especial de Golf TV que se transmitió el jueves pasado, justamente cuando hubiese sido la primera jornada del certamen.

De buen humor, Tiger tuvo margen para las anécdotas, confesiones sobre la competencia de putting green que sostiene casi diariamente con Charlie e incluso una mirada sobre el coronavirus, en momentos en los que la pandemia ha atacado ferozmente Estados Unidos, con más de 525.000 casos y superando la línea de los 20.000 fallecidos.

Contó que no podía salir de su malhumor, pese a estar en familia, confinado en su mansión en Florida. Que arrancó la semana con una carga fuerte de adrenalina. Como si su cuerpo olfateara que era el tiempo de pelear por la chaqueta verde.

 

 

Tiger y la chaqueta verde que ganó cinco veces

Tiger y la chaqueta verde que ganó cinco veces Fuente: AP

 

"Me sentía fuerte, con motivaciones. Con mucha energía y a la vez irritable. Era extraño, como que no alcanzaba a entender lo que me pasaba. Se ve que mi cuerpo, inconscientemente, sabía que debería estar preparándome para irme y comenzar a jugar en el Masters. Mi cuerpo estaba listo'', explicó el ex N° 1 del mundo durante el programa.

Tiger disputó su último torneo en febrero pasado, el Genesis Invitational, ganado por el austrliano Adam Scott (-11). Y no le fue bien: terminó 68°, con un score de +11. El cuerpo le decía que debía parar, claramente. Decidió cuidar su físico, de bajó de un par de torneos que tenía agendados, entre ellos, The Players, y justo comenzó a expandirse el Covid-19. Casi ni se movió de su casa, salvo para ir a jugar con Charlie al vecino Medalist Club unos "disputadísimos" partidos de putting green. "Está en juego la chaqueta verde de Augusta cada vez que nos enfrentamos", apuntó risueñamente el campeón.

En medio de la entrevista, Tiger se puso serio al hablar de la pandemia. "Creo que casi todos escuchan a los funcionarios del gobierno y hacen lo mejor para la humanidad. Tenemos un enemigo invisible. Sé que estar obligatoriamente en nuestras casas es frustrante y aburrido, pero espero que podamos aplanar la curva de contagios", se esperanzó.

Bien de peso, aunque con problemas de daltonismo

¿Cómo lo trata la inactividad? "Por suerte no me aumentado de peso, pero sí me he vuelto más fuerte", respondió con una sonrisa. Que extendió al confesar que en su rol de padre también trata de colaborar con Charlie y con Sam en el armado de un rompecabezas de ¡3000 piezas! "Tengo que luchar bastante por momentos para poder ayudarlos porque soy parcialmente daltónico", acotó.

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Con la postergación de Augusta, tendrá la chaqueta al menos hasta noviembre: los 12 meses habituales serán 19 en esta oportunidad. "No es la forma como quería quedarme más tiempo con la chaqueta. En realidad, prefería salir a competir y volver a ganarla, como pasó en el 2002. Pero soy consciente de que no es una circunstancia normal. En estos meses me fui sintiendo cada vez mejor, pude jugar ocasionalmente y fue muy agradable. Lo único extraño es tener que jugar sin un objetivo final. Por suerte, podemos llegar a tener un Masters en noviembre y jugar entonces".

Tan fuerte es el vínculo de Tiger con Augusta que el martes por la noche, habitual día durante el Masters en el que se realiza "la cena de los campeones", comió en su casa con la chaqueta puesta, en compañía de sus hijos y de su novia. Como un simulacro de la vida real: el menú lo eligió como campeón que es y tal cual la costumbre del torneo, que le asigna esa distinción al último ganador. Optó por carne con fajitas de pollo, sushi y sashimi, tortas y milkshakes.

 

 

La cena de los campeones, pero en casa: su novia, Erica, y sus hijos Sam y Charlie

La cena de los campeones, pero en casa: su novia, Erica, y sus hijos Sam y Charlie

 

Y contó cómo son las competencias caseras de putting con su hijo. "La verdad, no sé si podré defender la chaqueta en Augusta, pero aprovechamos el momento para divertirnos un poco con ella junto con Charlie. Ocasionalmente, ha ido a parar a su armario. Mayormente se ha quedado en el mío. Pero el hecho es que él ha logrado ganarla algunas veces, porque en esta familia no se regalan victorias. Ha sido bueno verlo burlarse de mí y lucir la chaqueta, ponerla en su armario, donde Charlie dice que debe estar...''.

 

 

“Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”

Beethoven