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Sociedad 23.09.2019

EN GÁLVEZ

Autoridades de una escuela en tela de juicio por la muerte de un chico

La víctima tenía 14 años y se quitó la vida. “Todo comenzó con un celular”, contó su madre.

Fuente: EL LITORAL

Joaquín Cavallero tenía 14 años y vivía en una humilde vivienda de la ciudad de Gálvez, en el departamento San Jerónimo. El pasado martes, cuando volvió de la escuela, entró a su casa, escribió unas pocas palabras en un papel (“Pa, Ma, los quiero”) y se quitó la vida, ahorcándose con una cuerda.

 

“Todo pasó por un celular”, aseguró María de los Ángeles Lencina, madre del chico.

 

“Esto empezó hace un mes y medio, durante un viaje de estudio en el que alumnos de la mañana y la tarde de la escuela de Joaquín hicieron en el mismo colectivo. Él jamás tuvo problemas en la escuela y llegó a ser abanderado durante la primaria. Ese día, al regresar, encontró un celular en uno de los asientos”, contó la mujer.

 

Los padres de Joaquín están separados, se domicilian a una cuadra de distancia entre sí y mantienen una buena relación. “Mi hijo vivía con el padre. Ellos dejaron el teléfono prendido por varios días, esperando que el dueño llame, pero como nadie se comunicó él, se quedó con el aparato. Lo empezó a usar y lo llevaba a clases. Una publicación en Facebook hizo que otro nene, que va a la misma escuela, se diera cuenta de que era su celular y le avisó a su mamá, que es docente en el lugar”, relató.

 

A Dirección

 

“Entonces lo llamaron a mi hijo a la Dirección -agregó- y lo maltrataron. Estaban también la preceptora y la vicedirectora, que acusaban a mi hijo de ladrón, le decían que iba a terminar preso. Él estaba muy asustado, temblaba del miedo. Inventó cualquier historia, que su padre se lo había regalado. Siguieron agrediéndolo cuando llegó la actual pareja de mi ex marido. Le decían que era un mentiroso”.

 

María de los Ángeles llegó poco después al establecimiento. Su hijo estaba muy nervioso. Se quería ir lo antes posible. Estaba muy avergonzado. “Nadie me dijo con claridad lo que había pasado, solo que había ocurrido un ‘problemita’. Joaquín no daba más. Tendrían que haberle dado contención en vez de atacarlo. Nunca me llamaron a mí o al padre para hablar juntos. Mi hijo solo me dijo: ‘Arrancá la moto y vamos’. Como no la podía encender, me tuvo que empujar y nos fuimos. Llegamos a las 18 a la casa del papá. Yo tenía que volver a mi hogar, por mi otra hija chiquita y porque a las 19 tenía que entrar a trabajar. Le dije que se tranquilice, que ya íbamos a hablar con su padre más tarde y todo se iba a arreglar. Me dio un beso y se metió adentro. Mi marido ese día llegó más tarde, porque se demoró”, se lamentó la mujer.

 

Pedido

 

“No quiero que esto quede así. Espero que se haga justicia. Esas autoridades no pueden estar al frente de esa escuela. No pueden tener contacto con criaturas. No saben contener. Yo no quiero hacer juicio, no quiero ir contra la escuela. Solo pido que la gente causante de la muerte de mi hijo no dé más clases, que no tenga más contacto con ninguna criatura. No sirven para maestras. Espero que no haya otro Joaquín”, concluyó la madre.

 

La familia del menor de edad está siendo asesorada por la abogada Hilda América Knaeblein, quien habitualmente ofrece sus servicios gratuitamente a víctimas de abusos de menores ocurridos dentro del departamento San Jerónimo.

“Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”

Beethoven