Salud 20.01.2019
¿Conviene bajar de peso en verano o no?
En la nota hacemos un repaso por los sí y los no de la vida saludable en esta época del año.
Fuente: Clarín
Esta época del año ofrece condiciones óptimas para reforzar o incorporar hábitos que ayuden en el descenso o el mantenimiento del peso saludable. El tiempo cálido inclina la balanza hacia la elección de platos más livianos -incluidas ensaladas y jugos de frutas naturales-, y es un motivador para la práctica de ejercicio. Pero esta estación también tiene su lado B: las vacaciones suelen relajar la conducta y los permitidos abundan, así como las salidas a tomar y picar algo.
Realizar con éxito un plan dietario durante la etapa más cálida del año requiere “constancia y esfuerzo”, afirma la licenciada Liliana Liliana Grimberg, nutricionista dietista del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna. Y apunta que otro requisito indispensable es que el paciente “tome conciencia de los beneficios para la salud que produce el sostenimiento de hábitos saludables a largo plazo”.
Para ayudar en la tarea, precisa 10 buenos hábitos que favorecen el descenso del peso o el mantenimiento de uno saludable y 10 conductas que atentan contra ello.
Los sí
- Arrancar el día con un desayuno completo y saludable, priorizando alimentos lácteos descremados y frutas frescas enteras.
- Tomar 3 litros de líquido diarios: agua, soda, infusiones (té, mate café), caldos, aguas saborizadas light, jugos y gaseosas diet.
- Antes de los almuerzos y las cenas, procurar tomar un caldo o sopa light, y acompañar las comidas con agua o bebidas sin calorías.
- Tomar como referencia para la medida de los vegetales un plato playo.
- Agregar únicamente una cucharadita de aceite de oliva, girasol o maíz en cada ensalada.
- Limitar al máximo las harinas refinadas como fideos, pan blanco, galletitas y productos de panadería.
- Incrementar el consumo de verduras y frutas, ya que contienen gran cantidad de agua, fibra, vitaminas y minerales para regularizar el tránsito intestinal.
- Elegir alimentos frescos de baja densidad energética, es decir, de mayor volumen y menos calorías.
- Incluir alimentos de bajo índice glucémico (el índice mide el impacto de los alimentos sobre la glucemia tras su ingesta).
- Moderar la cantidad de sal.
Los no
- Saltear comidas. En especial, el desayuno, pero también las comidas principales.
- Consumir alimentos chatarra (ricos en grasas, azúcar y sal), que son altamente adictivos.
- “Picotear” durante el día.
- Comer rápido.
- Elegir el menú a último momento. Consumir diariamente alimentos a base de harina blanca refinada (galletitas, panes, etc).
- Consumir excesiva cantidad de sal de mesa.
- Cancelar la actividad física, alegando excusas como el calor o la falta de tiempo.
- Excederse con el alcohol.