Ciencia y Tecnología 12.06.2018
Así es Internet bajo nuestros pies
Desde miles de kilómetros de cables submarinos a los servidores y centros de datos que sostienen la red.
Fuente: ticbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock
Cada minuto, millones de correos electrónicos, clics y búsquedas tienen lugar en la red, un fenómeno casi omnipresente que asociamos al aire pero que en realidad, tiene mucho más que ver con lo que sucede bajo nuestros pies e incluso bajo las aguas, ya que este revolucionario invento moderno debe su casi mágico funcionamiento a un intrincado sistema de cables submarinos, gigantescas unidades de almacenamiento de datos y una compleja infraestructura que permite que disfrutemos de la potencia y la velocidad actuales.
A través de una serie de imágenes y fotografías tendrás ocasión de sobrevolarcuáles son los pilares que abastecen la red, a veces ignorados o considerados invisibles pero que requieren un sofisticado y gigantesco sistema para brindarnos acceso a Internet en los tiempos que corren.
El trabajo que lleva a cabo la red es trasladar información desde un punto A a un punto B: estos enclaves son las direcciones IP, los códigos únicos que identifican ubicaciones en todo el mundo, y a los que se vinculan los dispositivos conectados a la red. De hecho, puedes buscar tu dirección solamente con teclear Mi dirección IP en el motor de búsqueda de Google.
Esta información transferida a través de la web llega a los servidores de datos, alojados en los centros de datos repartidos en todo el mundo, como puedes apreciar en la siguiente imagen.
Fuente | Google Maps
Mover información desde unos servidores hacia otros a menudo implica cruzar océanos. Dependemos casi por completo de los cables para el tráfico de Internet porque son más rápidos y más baratos que los satélites, pese a que la colocación de este sistema implica un tedioso proceso.
Fuente | David Greer
Para hacer que Internet sea lo que es hoy en día, los humanos han tendido poco a poco más de 300 cables submarinos que recorren más de 885.000 kilómetros y que puedes apreciar en el siguiente mapa. Alrededor del 97% de todos los datos intercontinentales se transfiere a través de estos cables, según el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Fuente | Submarine Cable Map
Si todos los cables submarinos del mundo estuvieran tendidos de extremo a extremo podrían extenderse de aquí a la luna y dar la vuelta, y a continuación envolver el punto más ancho de la Tierra casi tres veces.
Fuente | Bluedharma
El cable más largo tiene aproximadamente 38.624 kilómetros de largo y se extiende desde Alemania hasta Corea, alcanzando 39 puntos de aterrizaje diferentes en el camino. El primer cable transcontinental se estableció en 1858, y se extendió desde Irlanda hasta Terranova.
Cable SeaMeWe-3 listo para funcionar en 1999/ Fuente | Submarine Cable Map
Los tamaños de los cables utilizados bajo el agua tienen un tamaño muy distinto, ya que su grosor varía desde una manguera de jardín a unas tres pulgadas de diámetro. Los más ligeros se sitúan en las profundidades del océano. En el corazón de los cables se encuentran los cables de fibra óptica que transmiten información, protegidos por vaselina resistente al agua y capas de metal trenzado.
Fuente | Lonnie Hagadorn
Colocar cada cable en el mar requiere varios meses de proceso, implica un elevado coste de millones de dólares y un enorme barco con kilómetros de cable a bordo. Algunos cables se colocan a una profundidad de 25.000 pies debajo de la superficie del océano, lo que significa que están sujetos a daños por desastres naturales, corrosión.
Flickr | Giulio Verne
Las reparaciones de rotura son manejadas por barcos especiales con pequeños ganchos que tiran del cable hacia arriba o lo cortan en dos y traen ambas mitades para repararlas. Al menos 50 cortes de cable acontecen al año en el Atlántico, según datos de Techonology Review. Cabe destacar que los cables viajan bajo tierra a los centros de datos, mientras que algunos de los tramos cruzan el mar.
Como puedes apreciar en el siguiente gráfico, solamente en Estados Unidos hay 542 cables -representados por las líneas amarillas- que se conectan en 273 puntos diferentes -representados por los cuadrados azules-.
Fuente | Business Insider
Por otra parte, el ecosistema de cables depende en gran medida de la infraestructura del país. En tierra firme, para evitar que sean desenterrados, se colocan junto a tuberías de gas o dentro de tuberías viejas, con marcadores sobre el suelo a lo largo del camino.
Fuente | David Greer
Los cables finalmente llegan a los centros de datos y navegan a los servidores de la máquina. Habitualmente son edificios sin marcar ubicados en ambas áreas rurales, muy lejos de los límites de la ciudad, o bien en edificios ocultos a simple vista. De hecho, uno se encuentra en pleno Manhattan, mientras que otros dos centros principales en Nueva York, ubicados en 111 Octava Avenida, el antiguo edificio de la Autoridad Portuaria que Google compró recientemente por 1.9 mil millones de dólares, y la Avenida 32 de las Américas.
Fuente | David Greer
Cada centro de datos consume grandes cantidades de energía. Por ejemplo, Apple construyó recientemente dos gigantescas instalaciones de energía solar de 100 para contribuir al abastecimiento de sus datos de Carolina del Norte.
Fuente | David Greer
Este sería un centro de datos gestionado por Telefónica en Alcalá. Su seguridad es más alta que un aeropuerto y los techos tienen que tener al menos doce pies de altura para soportar el incremento de calor que se producen en los servidores. Desde el exterior, estos edificios aparentemente convencionales son la prueba más evidente que tenemos de que Internet es mucho más físico de lo que pensamos.