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Politica 27.05.2018

Miguel Lisfchitz: "Estamos en carrera con la reforma"

Así lo sostuvo el gobernador de Santa Fe. El mandatario asegura que mantiene inalterables las expectativas de que su proyecto de modificación de la Constitución avance en Diputados. 

Fuente: La Capital por Daniel Abba

¿Se cayó la reforma constitucional?

—No, para nada. Se acaba de aprobar con despacho de mayoría en la primera de las comisiones en la Cámara de Diputados, la de Asuntos Comunales. Es la primera vez en la historia democrática de la provincia de Santa Fe que un proyecto de reforma de la Constitución se comienza a discutir, empieza a tener trámite legislativo. Tenemos expectativas de que el proyecto avance. Nuestra idea es tratar de profundizar el debate. Es importante que se haya abierto un debate acerca de la Constitución, que se hayan expedido los partidos y muchos dirigentes, que se haya pronunciado la sociedad civil a través de sus referentes. Eso es un avance por demás de importante. Estamos en carrera para seguir avanzando.

¿Pero no se agotó el tiempo?

—Algunos plantearon preocupación por los plazos demasiado exiguos. Les hemos contestado que no hay tal urgencia. Obviamente, no tiene sentido plantear tiempos que lleven el debate al año próximo. Eso es una excusa. No nos oponemos a que haya un tiempo necesario para que se debata, se consulte a algún especialista, se busquen dictámenes, se analice el proyecto, se busquen maneras de compatibilizarlo con otros proyectos, como el que ha presentado Luis Rubeo o algún otro legislador. Todo eso nos parece positivo. Siempre dijimos que esto no era un núcleo de coincidencias básicas al estilo del Pacto de Olivos, del acuerdo entre Alfonsín y Menem, sino que era una propuesta abierta que queríamos que se discutiera de frente a la sociedad, que no fuera un acuerdo de cúpulas partidarias. Por lo tanto está abierto a modificaciones, incorporaciones...

Insisto, ¿no era mayo el mes clave para que se aprobara?

—No. El mes de mayo surgió porque alguno lo planteó. No obstante, los tiempos no pueden ser eternos, porque tampoco tendría sentido. No estamos discutiendo la Constitución sino la necesidad de la reforma. No tiene sentido que nos tomemos todo un año para discutirlo. Es un tema remanido, conocido, donde todos han tomado posiciones, que se viene discutiendo desde hace años. Nadie se puede sorprender por esta propuesta. Mientras el tiempo sea el razonable para una discusión legislativa, nos parece adecuado. No tenemos plazos, tenemos tiempo para seguir discutiendo. Se pueden adaptar los calendarios, podemos avanzar un poco sobre el año que viene. Hay variantes en la medida que haya voluntad para avanzar. Y, por lo menos en lo que expresan los partidos y los dirigentes mayoritariamente, hay consenso con la reforma. Después hay matices, tiempos, acuerdo o desacuerdo con la reelección o con algún punto, pero en general hay expresiones de apoyo a la necesidad de la reforma.

Ha repetido que la posibilidad de su reelección no sería un obstáculo para la reforma. Ahora, ¿por qué tendrían que creerle que no va a intentar incluir esa cláusula?

—No hace falta que me crean. Es cuestión de dejarlo establecido, ya sea en la ley de la reforma o dejarlo abierto, como hemos propuesto nosotros, a una Constituyente, que es una decisión soberana del pueblo. En definitiva si hay una idea mayoritaria de los constituyentes en el sentido de que esta nueva Constitución no se pueda aplicar para el actual gobernador, sería muy legítimo que fuera así. O tal vez se imponga una opinión distinta. Insisto, es un tema que tranquilamente puede quedar librado a una decisión de la Constituyente, de los representantes del pueblo. A todos les consta que nosotros no estamos haciendo una campaña por la reelección. No hemos tomado ese tema como un eje de la discusión de la reforma. Por lo cual estamos abiertos a que se debata ese tema también y, de acuerdo a las mayorías, que los partidos definan. No es un tema de blanco o negro para mí.

Hay una opinión instalada en la Legislatura que sostiene que el tema de la reforma tiene más dificultades que las que usted menciona, y que se sigue adelante sólo para mantener la iniciativa política en la última parte de su mandato.

—Creo que excusas hay a montones. Que era difícil sacar la reforma lo sabíamos todos de antemano. Si no, la hubiera sacado cualquiera de los gobernadores anteriores que lo intentaron. Está claro que el Frente Progresista hoy no tiene la mayoría necesaria en las dos Cámaras. O sea que necesariamente esto iba a requerir del apoyo del peronismo. No había otra forma de que avanzara el proyecto sin por lo menos el apoyo de sectores importantes del peronismo. Pero también hay que recordar que muchos dirigentes importantes del peronismo fueron responsables de que los proyectos de reforma no avanzaran durante 24 años en la provincia de Santa Fe. Otros no, porque honestamente están de acuerdo con un proceso de reforma, pero la realidad de la falta de liderazgo, de la fragmentación que hoy tiene el peronismo también dificulta. Así como les dificulta tomar una posición adversa, también les dificulta tomar una posición favorable.

¿Por qué insiste con la reforma?

—No tengo alternativa. Porque desde que inicié mi gestión como intendente de Rosario en 2003, quince años atrás, planteé la autonomía municipal. Fue una bandera de mi gestión como intendente. Se lo planteé con firmeza e insistencia al ex gobernador Obeid, tanto que finalmente terminó presentando un proyecto donde uno de los ejes de la reforma era justamente la autonomía de los municipios. Por lo tanto como gobernador no podía hacer otra cosa que impulsar la reforma y reconocer, entre otras cosas, la autonomía municipal. Es una de la grandes banderas de la ciudad. A mí me extraña que legisladores de esta ciudad no apoyen fervientemente la reforma, o que tengan reparos y dudas respecto de ella cuando es una bandera apoyada unánimemente por todos los sectores de la sociedad rosarina, de ahora y de los últimos veinte años.

¿Advierte que en la gente está instalado el tema de la reforma? ¿No cree que hay preocupaciones más concretas?

—Obviamente que siempre hay temas más cercanos a la realidad de la gente. Los temas legislativos en general suelen estar más lejanos. Y más una ley de leyes como es la Constitución, que es genérica, que establece marcos generales, no apunta a cuestiones concretas. Pero no creo que la gente sea indiferente. Varias encuestas de opinión que hemos leído, algunas que hemos encargado nosotros, pero otras hechas por consultoras privadas, revelan que hay más de un 70 ó 75 por ciento de ciudadanos que están de acuerdo con la reforma. Creo que el tema está instalado en la opinión pública. Desde hace tres o cuatro meses no hay semana que el tema no esté en los medios de comunicación. Creo que la gente se interesa. A mí me ha pasado de encontrarme en eventos, o en la calle, con jóvenes que preguntan por el tema de la reforma. Fuera incluso de la provincia de Santa Fe, no hay lugar donde vaya, a otra provincia o en Buenos Aires, que no me pregunten cómo va la reforma en Santa Fe. Creo que en las próximas semanas se va a ir instalando en la medida que se avance con la discusión.

¿No hay entonces un plazo máximo para ese debate?

—No hay un límite. Obviamente, el tiempo de la razonabilidad. No podemos estar un año discutiendo esto. Pero si es un mes o dos, dentro de lo razonable de una discusión legislativa, no hay que ponerse un corset ni autolimitarse.

“Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”

Beethoven