El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió en la noche del sábado a Joshua Holt, el norteamericano que pasó dos años encarcelado en Venezuela y al que el Gobierno de Nicolás Maduro liberó unas horas antes tras una negociación con legisladores estadounidenses.

"Hemos liberado a 27 estadounidenses durante la administración Trump, pero tengo que decirle que usted ha sido uno muy difícil", dijo el mandatario a Holt, ante quien recordó el reciente regreso de tres estadounidenses que durante años estuvieron presos en Corea del Norte.

"Ha sido un duro suplicio", insistió Trump, en el Despacho Oval, sobre el proceso de liberación del norteamericano. También acudieron la familia del liberado y varios legisladores implicados en el proceso.

El Gobierno estadounidense no ha dado oficialmente detalles sobre las negociaciones con las autoridades venezolanas.

Tanto el vicepresidente, Mike Pence, como el secretario de Estado, Mike Pompeo, dejaron claro que seguirán las sanciones a Venezuela que la administración republicana lleva un año imponiendo. "Continuarán hasta que la democracia regrese a Venezuela", escribió Pence en Twitter. "La política estadounidense hacia Venezuela se mantiene sin cambios", aseguró Pompeo.

El joven de 25 años, un ex misionero mormón del estado de Utah, fue arrestado en Caracas en junio de 2016 tras viajar allí para casarse con la que hoy es su esposa, la venezolana Thamara Caleño.

Joshua Holt (derecha) y su familia en la reunión del sábado con Donald Trump, en Washington. (EFE/Chris Kleponis)

Venezuela lo acusó de espionaje y tenencia ilícita de armas y hasta su puesta en libertad estuvo junto a su mujer en la prisión del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), un centro penitenciario que alberga a destacados políticos opositores presos.

"Estoy superado por la gratitud", dijo Holt ante Trump. "Han sido dos años muy difíciles", agregó.

Su liberación, anunciada por el propio Trump en Twitter el sábado por la mañana, se produce la misma semana en la que Caracas y Washington expulsaron mutuamente a sus diplomáticos de mayor rango en una escalada de la tensión tras las elecciones presidenciales en Venezuela y las sanciones financieras que el presidente estadounidense impuso al país latinoamericano como respuesta.