Con Europa dividida en como sancionar a Rusia frente al intento de envenenamiento de un doble agente en Salisbury y un día después de las triunfantes elecciones de Vladimir Putin en Rusia, los inspectores de la Organización de Armas Químicas Prohibidas llegaron a Gran Bretaña para tomar muestras del gas nervioso utilizado en el ataque contra Serguei Skripel y su hija Yulia el pasado 4 de marzo. Ya visitaron el laboratorio bacteriológico de Porton Down, dialogaron con la policía que está investigado el caso y visitaron los lugares que fueron contaminados. Las muestras serán enviadas a “laboratorios de renombre” y sus resultados se conocerán en dos semanas.

El canciller británico Boris Johnson viajó este lunes a Bruselas para su reunión con los cancilleres y con la OTAN. Pudo testear la dificultad para encontrar una sanción unánime a Rusia o una posición común para boicotear la Copa del Mundo del fútbol en Rusia.

“Hoy los expertos técnicos de la OPCW están llegando a Gran Bretaña para tomar muestras de Salisbury y al mismo tiempo, la negación de los rusos crece hasta el absurdo”, explicó el canciller.

“Una vez dicen que ellos nunca hicieron Novichok, otras que ellos hicieron Novichok pero todos sus stocks fueron destruidos, y otra vez que ellos hicieron Novichok y todos los stocks fueron destruidos pero algunos de ellos misteriosamente escaparon a Suecia, la república Checa, Eslovaquia, Estados Unidos o Gran Bretaña”, explicó.

“Pienso que lo que la gente puede ver es esa clásica estrategia rusa de buscar esconder la aguja de la verdad en un pajar de mentiras y ofuscación”, dijo Boris Johnson. “Rusia ya no engaña a nadie”, advirtió.

Los 28 cancilleres consideraron el ataque en Salisbury “imprudente e ilegal” y reafirmaron que “las vidas de muchos ciudadanos fueron amenazadas. Pero se limitaron a recuperar las palabras de Theresa May para evitar una condena directa a Rusia. “La Unión Europea toma extremadamente en serio la evaluación del gobierno británico de que es altamente probable que la Federación Rusia sea responsable”, afirmaron en el comunicado.

“La Unión Europea está shockeada por el uso ofensivo de un agente nervioso de origen militar, del tipo desarrollado por Rusia, por primera vez en suelo europeo en más de 70 años”, sostuvo el comunicado.

“El uso de armas químicas por cualquiera bajo cualquier circunstancia es completamente inaceptable y constituye una amenaza a todo nosotros”, afirmó la UE.

La primera ministra británica Theresa May agradeció “la solidaridad” frente al ataque en Salibsury. Antes de hacer un comentario sobre las elecciones en Rusia y el triunfo de Vladimir Putin va a esperar una observación de la Organización de la Seguridad Europea.

“Rusia tiene la capacidad y yo creo que los motivos e intenciones y es la conducta que hemos visto de Rusia a lo largo de Europa. Esto que pasó en Gran Bretaña puede pasar en otro país. Nuestros aliados internacionales han sido fuertes en su apoyo a nosotros y su reconocimiento de que la culpabilidad se dirige al Estado ruso”, dijo May desde Birmingham.

El Comité Nacional de Seguridad va a reunirse para discutir los próximos pasos a seguir, tras el regreso del canciller de Bruselas y de sus conclusiones con los cancilleres de la UE y la voluntad de los aliados de adoptar acciones comunes.

El mismo día que los 23 espías y diplomáticos rusos expulsados por los británicos se van de Gran Bretaña, el gobierno va a analizar represalias donde más le duele a los oligarcas rusos pro Putin residentes en Gran Bretaña. Su billetera, sus propiedades, sus cuentas de banco y su estilo de vida.

Desde Moscú y durante una comunicación telefónica con presidente de Francia, Emmanuel Macron, Putin dijo que las acusaciones de Gran Bretaña “no tienen fundamento”. Macron se comprometió a un “diálogo constructivo” entre Rusia, Francia y Europa, tras felicitar a Putin por su triunfo.

Y pidió a las autoridades rusas “aclarar la responsabilidad” del “inaceptable” envenenamiento en Salisbury y “firmemente tomar control de programas potenciales” no declarados al organismo de prohibición de armas químicas.

El embajador ruso en Londres, Alexander Yakovenko organizó una despedida para los diplomáticos y espías expulsados de Gran Bretaña. Les agradeció su trabajo y les recordó a “aquellos que están volviendo a Rusia que un período de sus vidas finaliza y otro comienza. El mundo es mucho más grande que Gran Bretaña. Su conocimiento y experiencia ganada en la embajada siempre será valiosa en el servicio diplomático ruso”, dijo en su despedida.

En contactos con la prensa británica, el diplomático ruso recomendó “mantener la cabeza fría” y “no escalar la crisis”. Una sugerencia que también hizo Sir Roderic Lyne, ex embajador británico en Rusia.

“Yo no pienso que sea inteligente una batalla en el barro con un gorila”, aclaró.

Un vocero del gobierno ruso dijo que “Gran Bretaña debe proveer evidencias o temprano o tarde pedir disculpas”.

Cuando se esperan más sanciones a Rusia en Gran Bretaña, la policía se puso en comunicación con desertores y disidentes rusos ante la situación de inseguridad que enfrentan y sus quejas de haber sido abandonados. Les han recomendado fortalecer su vigilancia y su seguridad.