Un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Estados Unidos, tardaron ocho años en desarrollar una batería que se carga en cuestión de segundos y tiene la capacidad de almacenar la energía por el lapsus de un mes. Todo gracias a un componente: el grafeno.

Desde la irrupción del smartphone, allá por el año 2007, la evolución de las baterías no estuvo acorde con las capacidades de la tecnología que equipa esos componentes. A lo largo de los últimos años llegaron celulares cada vez más potentes que, aunque parezca irónico, duraban cada vez menos encendidos.

Tras haber investigado en el campo de la acumulación de energía, y numerosos modelos de baterías prometiendo capacidad de carga y rapidez sin llegar a materializarse, los especialistas del MIT dieron por fin con un modelo comercial para celulares.

Según estimaciones, se espera que en los próximos diez años la mitad de los autos serán eléctricos.

La idea de estas potentes baterías de grafeno es que sirvan para alimentar autos autónomos, celulares y hasta misiles autodirigidos de la Marina estadounidense. Desde MIT asegura que ya tiene acuerdos con fabricantes para comenzar con el proceso de producción en 2018.

Las innovaciones físicas y químicas incluidas en el desarrollo de esta particular batería le aportarán una capacidad impresionante de almacenamiento, según reconocen los científicos. Estiman que podría incrementarse en 40.000 mAh (miliamperio-hora) frente a los 1.821 mAh de la actual batería de un iPhone 8, por ejemplo.