La Fiscalía Federal Nº 2 de Santa Fe, a cargo de Walter Rodríguez, indicó que la causa que investiga la desaparición de Natalia Acosta, la joven desaparecida en el 2009 en el centro santafesino mientras ejercía la prostitución, tuvo nuevos procedimientos en torno al único detenido por el caso: Osvalo Cerris.

A través de un comunicado oficial, el fiscal Rodríguez informó que "se peticionó el resguardo del inmueble –de Cerris– oportunamente allanado con el objeto de efectuar trabajos de rastrillaje y eventuales excavaciones con el propósito de despejar la existencia de restos humanos".

Los trabajos son llevados a cabo por personal del Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) que arribaron a la capital provincial el pasado lunes para realizar una minuciosa inspección al domicilio del imputado, ubicado en avenida General Paz al 7300.

En este sentido, el organismo destacó que en los primeros procedimientos que se efectuaron, dos canes, afectados a las tareas de búsqueda, "tuvieron comportamientos indicadores –no determinantes ni concluyentes– compatibles con la presencia de restos o rastros humanos, sin que exista dato oficial alguno que permita afirmar ni descartar pertenencia o relación con la víctima de la causa".

¿Por qué llegaron hasta allí?

Los integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense llegaron hasta la vivienda de Cerris luego de que la investigación judicial, iniciada en abril de este año, derivó en fuertes sospechas de que en el domicilio del encausado pudiera existir algún rastro clave de Acosta que permita establecer si en el lugar estuvo la mujer.

La joven de 29 años fue vista por última vez en la madrugada del 29 de mayo del 2009 en la esquina de Suipacha y 25 de Mayo, en pleno centro santafesino. Al respecto, los investigadores creen que la joven se fue aquella noche con una persona conocida. Dicha persona fue identificada como Cerri.

Evidencia de ello fue que se detectó que la antena del teléfono de Cerri se encontraba en la misma zona geográfica que la de Acosta. A ese dato se suma el testimonio de una persona que reconoció al hoy imputado como quien subió en su automóvil a la joven antes de que la misma se retire de donde hacía su "parada" para volver a su hogar en la ciudad de Santo Tomé.

Acosta salió de su casa en la noche del 28 de mayo. Un amigo la llevó hacia la avenida 7 de Marzo donde tomó un colectivo que la trasladó hacia la esquina de 25 de Mayo y Suipacha, donde se encontraba habitualmente.

 

La pista de Místico

La investigación determinó que el mismo Cerri se habría hecho pasar como dueño del exbar Místico Night Club, que funcionó hasta julio del 2016 en San Martín al 2700, en plena peatonal santafesina.

Mediante ese engaño, los investigadores sostienen que el hoy sospechoso le ofreció trabajar los días domingo en el bar nocturno por lo que la joven le creyó. Días después, Acosta le contó a una familiar de que comenzaría a trabajar en el bar Místico sin saber que Cerri no tenía ningún vinculo comercial ni era socio de Juan Carlos "Pelusa" Cisneros, el exdueño del bar, detenido por "promoción y facilitamiento de la prostitución".

Ocho años después, Osvaldo Cerris fue detenido el pasado 29 de noviembre por agentes de inteligencia de Gendarmería Nacional. Su detención fue por orden del juez federal Francisco Miño tras la solicitud del fiscal Rodríguez quien consideró que el sospechoso buscó "captar" a la joven para introducirla a una red de trata. El pasado 15 del corriente mes, fue imputado en la Sala Penitenciaria del hospital José María Cullen ya que el mismo se encuentra internado, por una enfermedad.