KRASNODAR.- El año más traumático de la historia reciente de la selección argentina se terminó aquí, en esta ciudad ubicada al sur del país más grande del mundo. Cuando todos vuelvan a encontrarse será 2018, en la recta final hacia el Mundial.

Anoche mismo, después de la caída ante Nigeria y la cena en el hotel, la delegación completa se subió a un avión fletado especialmente con destino a Estambul. En Turquía empezaba la división, de acuerdo al destino final de cada pasajero. Los que juegan en clubes europeos abordarían distintos vuelos hacia sus países, por lo que durante la jornada del miércoles llegarán a sus casas. En cambio, los que vuelven a la Argentina se dividirán: los jugadores de la mayor -Enzo Pérez, Darío Benedetto, Cristian Pavón y Fernando Belluschi-, los chicos de la Sub 20, el cuerpo técnico y médico y algunos dirigentes irán directo a Ezeiza en un vuelo de Turkish Airlines, mientras que el pequeño grupo restante -los utileros y otros empleados de la AFA- volverá a la Argentina con una escala en Frankfurt. Entonces sí, la combinación de vuelos del año habrá terminado para todos salvo para uno: Jorge Sampaoli volverá a Moscú para estar presente en el sorteo, el 1° de diciembre en Moscú.

La agenda del comienzo de 2018 tiene todavía tiene algunos interrogantes. En principio, el técnico insiste con poder jugar uno o dos amistosos con una formación local durante febrero: quiere jugar contra algún rival sudamericano o de otro país del continente para evaluar a algunos que tienen grandes posibilidades de entrar en el listado de 23 mundialistas: los mencionados en el párrafo anterior son los principales candidatos. Para eso necesitará la complicidad de los clubes argentinos, ya que el reglamento de la FIFA no los obliga a ceder jugadores en esa fecha.

En marzo se jugarán los dos amistosos de la última doble fecha FIFA previa al Mundial. Lo que hasta el martes era una fija ahora entró en duda: el partido contra Italia en Basilea, previsto para el 23. La no clasificación de los tetracampeones mundiales obliga a recalcular porque Sampaoli pidió enfrentar a un mundialista europeo. Bélgica figura como una opción, aunque todo quedará más claro después del sorteo. El otro rival, el 27 de ese mes, será otro que estará en Rusia: para esa opción se piensa en una selección africana o una asiática. Después de eso volverán a reunirse recién a finales de mayo, con el Mundial a la vuelta de la esquina.

Los 129 días sin partidos

La selección volverá a jugar su próximo amistoso internacional el 23 de marzo, dentro de más de cuatro meses, probablemente contra Bélgica. Cuatro días después, el 27 de marzo, habrá otro amistoso, con rival a designar. Entre esa fecha y el arranque del Mundial, previsto para el próximo 14 de junio, día del partido inaugural en el estadio Luzhniki, transcurrirán otros 79 días.