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Espectáculo 12.04.2017

FINALMENTE FALLECIÓ TITA, LA MAMÁ DE SILVIO SOLDÁN

Después de que ayer muchos aseguraran que la mujer había fallecido, Alejandra Rubio confirmó que la mamá del conductor y locutor murió este martes por la tarde.

Fuente: PRONTO

El día lunes al mediodía, casi como una premonición, un allegado a Silvio Soldán había confirmado el fallecimiento de Genoveva Adelina Teruggi, su mamá. A últimas horas de la noche Cacho Rubio, amigo de Silvio, desmintió la información aunque sí aclaró que la mujer seguía internada en grave estado. Pero algunas horas después, le tocó comunicar la noticia más triste: a los 102 años, "Tita" falleció. 

Silvio y su madre siempre tuvieron una relación cercana. Además de ser familia, se contaban todo como si fueran amigos y confiaban plenamente en el otro.

Hace tres años y con todo el dolor, el conductor había tenido que trasladar a la mujer a un geriátrico ubicado a dos cuadras de su casa en Belgrano ya que necesitaba cuidados constantes debido a su avanzada edad. No fue fácil para él, pero lo hizo pensando en que era lo correcto. "En su casa con cuatro enfermeras no estaba tan cuidada como acá", había dicho entonces. Todos los días él pasaba a saludarla y se hacía cargo de las necesidades extras que a ella le pudieran surgir.

Sin embargo, su motivo para ir a ver a su madre esta semana fue otro. Desde el geriátrico se comunicaron con él hace unos diez días para anunciarle que habían tenido que trasladar a la mujer a una clínica ya que había comenzado a sentirse muy mal. El lunes, en medio de los rumores de que había fallecido, Cacho Rubio en nombre de su amigo Silvio había explicado que si bien seguía con vida, la mujer se encontraba en un estado muy crítico.

Finalmente, fueron él y su hija, Alejandra, quienes dieron a conocer el triste desenlace. La familia Soldán realizarán un velatorio este mismo martes de 18 a 24 en una casa de sepelios de la Avenida Córdoba.

“Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”

Paul Auster