Pero en medio del alto el fuego ocurrieron dos hechos que anticiparon el fracaso: el sábado pasado un avión estadounidense bombardeó a las tropas sirias y mató a decenas de soldados, mientras que el lunes un convoy humanitario fue atacado desde el aire y Estados Unidos acusó a Rusia de estar detrás del bombardeo. 

 

En su intervención ante el Consejo de Seguridad, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que el alto el fuego en Siria aún podía salvarse si Moscú se hace responsable de esos ataques aéreos y recordó que sólo la aviación militar de Rusia y Siria han estado activas en la zona del norte de Siria, donde ocurrió el ataque. 

 

"Creo que para restaurar la credibilidad en el proceso debemos avanzar para dejar inmediatamente en tierra todos los aviones que vuelan en esas áreas clave", dijo Kerry, quien subrayó que ese movimiento permitiría rebajar la tensión y facilitaría el suministro de ayuda humanitaria.

 

En un duro discurso, el representante estadounidense exigió, además, a Rusia y Siria que "dejen de ignorar los hechos" y reconozcan su responsabilidad en el ataque al convoy humanitario, informó la agencia de noticias EFE.

 

Según Kerry, ese ataque "ha asestado un golpe muy duro" a los esfuerzos de paz en Siria y "plantea profundas dudas sobre si Rusia y el gobierno del presidente Bashar al Assad cumplirán con las obligaciones que aceptaron" en las últimas discusiones celebradas en Ginebra.

 

Rusia negó haber sido el autor del ataque e insinuó que la destrucción de los camiones ocurrió en el marco de un enfrentamiento entre rebeldes a los que apoya Estados Unidos y combatientes del grupo yihadista Frente de la Conquista del Levante, la ex rama siria de la red Al Qaeda, que recientemente cambió su antiguo nombre, Frente al-Nusra. 

 

"Insistimos en una investigación imparcial y a fondo del ataque" contra el convoy humanitario destruido el lunes a la noche en la norteña provincia siria de Alepo, dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov, quien aseguró haber proporcionado toda la información que tiene sobre el incidente, incluido un "video a tiempo real" que muestra un vehículo rebelde con un mortero que acompañaba el convoy.

 

Asimismo, subrayó que el suceso se produjo "en un área controlada por la oposición" y a apenas "5 o 7 kilómetros" de la zona de combate en Alepo.

 

Dos días después de que el Ejército sirio diera por terminado el alto el fuego negociado por Estados Unidos y Rusia en el país, Lavrov afirmó que la tregua aún "puede restaurarse" si todas las partes implicadas de algún modo en la guerra civil pueden ponerse de acuerdo de forma "simultánea".

 

Lavrov subrayó que, durante la semana que duró el último alto el fuego, Rusia documentó 300 casos de violaciones y que fue la oposición la que dificultó la entrega de ayuda humanitaria a Alepo.

 

También dijo que, a la luz de las violaciones, ha llegado la hora "revisar la lista de grupos terroristas" identificados como tal por Estados Unidos y Rusia en su acuerdo para el cese de hostilidades, que excluye a las organizaciones yihadistas como Al Qaeda o el Estado Islámico (EI).

 

Por otro lado, el Ministerio de Defensa ruso denunció hoy que un drone estadounidense fue detectado en la zona en la que el convoy humanitario fue atacado.

 

"El 19 de septiembre justo en esa zona (en la que fue atacado en convoy) se desplazaba a 3.600 metros de altura y a una velocidad de casi 200 kilómetros por hora un drone de asalto de la coalición internacional", detalló el vocero de Defensa, Igor Konashenkov, en un comunicado.

 

Konashenkov destacó que el drone "entró en la zona de la localidad de Auram al Kubra en la que se encontraba la columna varios minutos antes de su explosión (...) "y se fue después de cerca de media hora".

 

En medio de la creciente tensión, el ministro de defensa de Rusia, Sergei Shoigu, anunció la decisión del Kremlin de "elevar la capacidad de combate" de la fuerza naval que mantiene en el Mediterráneo Oriental con el envío a la zona del "portaaviones y crucero misilístico pesado" Almirante Kuznetsov, el único de su flota.

 

"En este momento, la fuerza de tareas rusa en el Mediterráneo Oriental consiste de no menos de seis buques de combate y tres o cuatro logísticos", informó Shoigu a la junta directiva del ministerio.

 

"Los aviones del portaaviones, que está aprestándose para zarpar en poco tiempo, participarán de ataques a las milicias en Siria, agregó el vicecomandante en jefe de la marina de guerra rusa, Viktor Bursuk, quien precisó que la misión durará al menos tres meses.

 

Por otro lado, la ONU anunció hoy que está lista para retomar el envío de la ayuda humanitaria a las zonas sitiadas y de difícil acceso en Siria, luego de que, tras el bombardeo del lunes, decidiera suspender esos suministros.