Deportes 08.02.2016
EL DESAFÍO DE COUDET PARA EL GRAN PARTIDO: ENCONTRARLE LA VUELTA AL PLANTEO ROJINEGRO
Por: Agenciafe/La Capital /
Pero guiarse por el presente futbolístico con el que llegan Central y Newell's para proyectar lo que viene es contar lo obvio. Aquello que está a la vista de todos y lo que todo el mundo sabe. Es más, hasta un astronauta se daría cuenta de que el Chacho tiene las espaldas más anchas que Rubén Peuchelle, aquel personaje querible de Titanes en el Ring.
Pero ese no es el punto. La cuestión es otra. La dirección va hacia el desafío que se le presenta de nuevo a Coudet ante Newell's en el Gigante. El Chacho se cruzará con la misma piedra en el camino y habrá que ver qué hace esta vez para patearla con un planteo que le permita a su equipo potenciar las marcadas diferencias que hoy existen entre Central y Newell's. En ese sentido, se atropellan las preguntas que invitan a la búsqueda de una respuesta. Es imposible encarar un rastrillaje correcto de la situación sin caer en la tentación de apuntarle los errores que cometió Coudet en la lectura de aquel partido jugado en septiembre de 2015. Algo mal hizo. La pifió en el reordenamiento de funciones porque Central no sólo no fue superior a un Newell's tan debilitado como el de ahora, sino que aquel empate sin goles lo alejó de la punta del torneo, que finalmente ganó Boca.
Fue evidente que Coudet no tocó ni reacomodó las piezas en el momento y el lugar indicados. Todavía se recuerda la tardanza que paralizó al Chacho para romper un doble cinco innecesario formado por Nery Domínguez y Musto. Todo el mundo veía que el trámite pedía a gritos el ingreso de Giovani Lo Celso para activar el pase entrelíneas o encauzar las filtraciones a pura gambeta. Eso ocurrió recién cuando la igualdad estaba casi sellada. Además siempre se observó que el único cometido de Newell's fue ir al Gigante preparado a dinamitar con orden cada intento canalla.
El partido del domingo representa una oportunidad de reivindicación táctica para Coudet. Porque se presume que Newell's se copiará de un libreto parecido al que utilizó en el empate 0-0 en el Gigante. Tampoco es impensado aferrarse a la idea que Newell's asumirá una caracterización de aguafiestas a partir de un esquema que niegue los espacios y cierre los caminos. A título de qué hará otra cosa si Bernardi llega tan o más cuestionado que aquella vez.
Los clásicos siempre son partidos que legitiman las pretensiones. Porque descubren fronteras y auscultan la personalidad de un equipo. Tal vez la respuesta que dé Coudet el domingo tenga la fuerza de una bofetada para estas líneas. Pero lo cierto es que al Chacho le llegó el momento de corroborar con hechos esa presunción que indica que Central es holgadamente superior a Newell's. Hasta el momento, y sin olvidar la resonancia del triunfazo que logró en el Coloso con el gol de Ruben, las decisiones tácticas que adoptó en los dos clásicos que dirigió (ganó y empató) reservaron algún trazo cauteloso. Por ejemplo, esas previsiones que tomó en el derby pasado no sólo terminaron por acorralar a la audacia, sino que entregaron la postal equivocada que Central y Newell's están cortados por la misma tijera. Justamente el desafío que encarará el entrenador canalla será tomar distancia de ese pie de igualdad. Para lograr eso deberá patear la piedra del domingo, porque será la misma con la que se encontró en el clásico anterior y no supo con sus decisiones correrla del camino.