Está claro que el inicio del segundo ciclo de Eduardo Domínguez en Colón fue el ideal en cuanto a resultados, ya que debutó con un triunfo ante Rosario Central por 3-1 que le permitió al equipo cortar una racha de 25 partidos sin ganar como visitante y además salir de la zona del descenso. Sin dudas un arranque exitoso.

Sin embargo, lo que llegó después lejos está de ser lo ideal para un cuerpo técnico que arranca a trabajar y tiene que ver con el parate del fútbol por el coronavirus, pero más problématico sin dudas que es la imposibilidad que tienen los planteles de poder entrenar.

Así las cosas, lo único que pueden hacer Domínguez y el resto de sus colaboradores es diagramar la rutina de trabajos físicos que los futbolistas llevan adelante de manera individual en sus respectivos domicilios, como así también ediciones de videos a cargo de Bruno Olivetto.

En consecuencia, el Barba y sus ayudantes (Leandro Díaz y Carlos Verna ayudantes de campo, Pablo Santella prepardor físico y Olivetto analista y editor de videos) consumen sus días en el Hotel de Campo aislados de sus familiares y esperando que la situación se aclare lo más rápido posible. Se cocinan ellos y comen en la pensión del club. En el mismo lugar está Brian Fernández quien está viviendo allí luego de sus inconvenientes personales y que toma contacto a diario con sus terapeutas.