Alguno lo interpretará como un retroceso. Otro, como ir hacia atrás para tomar carrera. Lo concreto es que la liga sudamericana de rugby es una realidad. Lejos del nivel de competitividad que se presumía cuando se gestó la idea, pero el solo hecho que finalmente haya una liga profesional es un gran avance para el rugby de la región.

Este viernes se oficializará la creación de la Súper Liga Sudamericana, que comenzará tan pronto como en febrero de 2020, con la participación de cinco equipos de cinco países de la región.

Finalmente, la Argentina, Brasil y Uruguay tendrán un solo representante, y no dos como se soñó en un principio. Al menos en este primer año, aunque la día es expandirse en el futuro. Chile y Paraguay completan la nómina, con una participación esporádica de un conjunto colombiano. Entre ellos, se destaca la participación (con distintos grados de injerencia en las franquicias) de tres clubes de fútbol: Peñarol de Montevideo, Olimpia de Asunción y Corinthians de San Pablo.

El certamen comenzará el 28 de febrero y se jugará todos contra todos en partidos de ida y vuelta (ocho fechas). Los cuatro primeros accederán a las semifinales y el quinto jugará dos partidos ante la franquicia colombiana (Cafeteros).

El equipo argentino tendrá sede en el club Tala de Córdoba (con la posibilidad de ser local también en otras provincias) y estará regenteado de manera absoluta por la UAR, sin la participación de capitales privados. Se denominará Los Ceibos (¿vestirá una camiseta similar a aquella horrible alternativa de Pumas 7s naranja chillón que supuestamente replicaba el color de la flor nacional?), pero el plantel será el mismo plantel que Argentina XV y Jaguares XV. O sea, estará dirigido por Nacho Fernández Lobbe.

La intención de hacer dos franquicias con financiamiento privado quedó trunco en parte por la oposición de la URBA de aceptar que los jugadores que jugaran profesionalmente en esa franquicia pudieran volver a jugar en sus clubes una vez finalizado el corto certamen, que los dejaría sin actividad por el resto del año. Así, la UAR debió conformarse con tener un solo equipo, mismo que luego participará del Sudamericano, el Americas Rugby Championship (que cambia de fecha en el calendario) y la segunda división de la Currie Cup.

También parece lejana la cláusula pensada inicialmente de que cada franquicia tuviera una cantidad de jugadores de las islas del Pacífico. En Uruguay, Peñarol le ganó el clásico a Nacional y prestará su nombre a la franquicia, en un intento por popularizar el rugby. El diario El Observador adelantó que tendrá dos jugadores namibios que estuvieron en el Mundial de Japón. Estaría dirigida por Pablo Bouza, aunque bajo la supervisión de Esteban Meneses, el entrenador de los Teros.

Otro técnico argentino será Raúl Pérez en el equipo paraguayo, que tendrá 10 jugadores locales. El equipo chileno (denominado Selkman) tendrá como técnico al uruguayo Pablo Lemoine y como asistentes a los argentinos Nicolás Bruzzone y Federico Todeschini.

El certamen tendrá un importante apoyo económico de World Rugby, que financiará logística, traslados de los equipos y sueldos de los jugadores. Aun así, el certamen estuvo cerca de truncarse.

Ante la inminencia del inicio, restan algunas incógnitas: por ejemplo, qué pasará con los argentinos que firmen contrato en franquicias de otros países. ¿Habrá? ¿Podrán volver a sus clubes?

Lo importante es que la Súper Liga Sudamericana es un hecho. Un capítulo trascendental para el rugby de la región y un paso más hacia delante del rugby profesional en la Argentina.