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Politica 16.09.2019

Jornada laboral de 40 horas, el debate que divide a Chile

La diputada del Partido Comunista, Camila Vallejo, propuso reducir la jornada semanal de 45 a 40 horas semanales y consiguió llevar la propuesta a la Cámara de Diputados a pesar de la férrea oposición del Ejecutivo de Sebastián Piñera.

Fuente: france24

El debate está ardiendo en Chile. La discusión sobre la posible reducción de la jornada laboral se adueñó de la agenda política desde hace más de un mes y unió a una oposición hasta ahora fracturada, frente al Gobierno de Sebastián Piñera. ¿Es viable para el país una reducción de la jornada laboral de 45 horas semanales a 40?

La diputada del Partido Comunista de Chile, Camila Vallejo, tiene clara la respuesta: un rotundo sí. Y no solo defiende desde hace dos años su rentabilidad, sino que asegura que es una necesidad para la población. Actualmente Chile tiene un horario laboral similar al de sus vecinos latinoamericanos, pero alarmantemente superior al del resto de miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Las 45 horas semanales estipuladas por ley sitúan a Chile como el sexto país donde los trabajadores pasan más tiempo trabajando, tan solo por detrás de México, Costa Rica, Corea del Sur, Rusia y Grecia. Los chilenos pasan 260 horas más en su puesto de trabajo que la media de los países que pertenecen a la OCDE, que son aquellos países occidentales que se entiende que tienen el nivel económico e industrial mayor del planeta.

Chile es el sexto país cuyos trabajadores trabajan más horas al año dentro de la OCDE. Su promedio es muy superior al de la media de la organización.

Chile es el sexto país cuyos trabajadores trabajan más horas al año dentro de la OCDE. Su promedio es muy superior al de la media de la organización. France 24

Precisamente esta situación es la que impulsó a la diputada del Partido Comunista a presentar el proyecto de ley. La intención es que los chilenos disfruten más de su jornada de descanso, que según estudios es una de las más reducidas del mundo occidental. Y Vallejo se apoya en el argumento de que más horas de trabajo, no significa más productividad para el país.

Tal y como explica la corresponsal de France 24 en Chile, Patricia Luna, "las jornadas laborales se extienden en el país austral por hasta nueve y diez horas al día de lunes a viernes", en un régimen sin flexibilidad que, hasta ahora, no reconoce las horas promedio. Es decir, no deja a los trabajadores gestionar la distribución de su horario.

Proposición de la ley y reacción del Gobierno

La diputada Vallejo presentó su proposición de ley como una simple reducción de cinco horas de la jornada laboral con el compromiso de mantener los mismos sueldos. Su propuesta no incluye una flexibilidad del horario de trabajo chileno y mantiene la rigidez horaria, al seguir apostando por el formato de cinco días de trabajo y dos de descanso.

Su aplicación sería inmediata en todo el estado salvo para las PYME, que tendrían una adaptación gradual durante los tres años siguientes. Una propuesta que pasó inadvertida por el Ejecutivo hasta que se llevó a la Comisión del Trabajo de la Cámara de los Diputados. Y salió adelante.

Esta comisión, presidida por la diputada izquierdista de Convergencia Social, Gael Yeomans, sacó adelante la proposición con siete votos a favor y seis abstenciones. Y la reacción del Gobierno no se hizo esperar. Además de tildar la ley de irreal y extremista, aseguró que el Gobierno tramitaría otra ley de forma urgente.

Esta ley propone que, por primera vez en la historia de Chile, se contemple una jornada laboral flexible y se reduce a 41 horas promedio. Es en este término donde se genera el mayor conflicto, lo que aparentemente es solo una hora de diferencia, encierra más. Al ser promedio, los trabajadores podrán gestionarse sus horarios, pero podrán superar esas 41 horas. Algo a lo que no están dispuestos en la oposición y critican desde los sindicatos.

Para Nolberto Díaz, vicepresidente del sindicato Central Unitario de Trabajadores de Chile, "esta es una estratagema más del Ejecutivo, que en ninguno de los casos está preocupado por las condiciones de esa supuesta nueva ley y que tan sólo se trata de un contrapeso a una proposición de la oposición que les pilló desprevenidos".

El ministro de Trabajo chileno, Nicolás Monckeberg, defendió su proyecto ante el de la diputada comunista asegurando que "los países de la OCDE que implementaron cambios en su jornada laboral lo hicieron por medio de leyes que permitían la flexibilidad horaria y sin bajadas tan bruscas en el número de horas". Además, aseguró que esto afectaría directamente a las arcas chilenas y, sobre todo, al trabajador.

Para Patricia Luna, la explicación de esta reacción tan contraria viene dada porque "los datos económicos de Chile durante el Gobierno de Sebastián Piñera no están siendo los esperados y se teme que la productividad, que está a la baja desde hace años, se hunda".

La productividad es prioritaria pero, ¿tuvo Chile alguna reducción de la jornada previa?

Chile tuvo una reducción de su jornada en 2005. En aquel entonces, no sin polémica, la jornada de trabajo máxima bajo desde las 48 horas a las 45 actuales. Algo que Nolberto Díaz considera que "estuvo bien, pero era ciertamente insuficiente".

"Los sindicatos del país apoyamos toda reducción de la jornada laboral que se tramite, pero debe ser justa y adecuarse a los niveles que tienen los países desarrollados", aseguró a France 24 el vicepresidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile.

Las versiones de los beneficios de esta ley están contrapuestas entre el Gobierno y la oposición. Monckeberg asegura que la ley actual "se hizo mal" y para ello se apoyan en los datos de la Comisión Nacional de Productividad de Chile, que afirma que solo se producen 25,9 dólares estadounidenses por hora, una cifra no muy elevada.

Desde el Partido Comunista, afirman que la productividad desde entonces aumentó y aumentará más si se reduce la jornada a 40 horas. Además, aseguran que un exceso de horas contribuye al aumento de la depresión en los trabajadores, viéndose más afectadas las mujeres que hombres. Varios estudios señalaron que una disminución en el número de horas trabajadas implica una bajada de los casos diagnosticados.

Esto es un tema a tener especialmente en cuenta en Chile, ya que registra los índices de suicidios por cada 100.000 habitantes más altos de su región. Como se observa en la gráfica, los casos registrados en Chile casi doblan a los consumados en otros países latinoamericanos que pertenecen a la OCDE.

Chile lidera el índice de suicidios dentro de los países latinoamericanos que son miembros de la OCDE.

Chile lidera el índice de suicidios dentro de los países latinoamericanos que son miembros de la OCDE. France 24

¿Qué posibilidades tiene de salir adelante la ley?

Según salió adelante la proposición de ley en la Comisión del Trabajo, tras el abandono de la mesa del Gobierno en el momento previo a las votaciones, el presidente Piñera anunció que, si sale adelante en las dos Cámaras, lo llevará ante el Tribunal Constitucional de Chile.

Su argumento es que algo así solo puede aprobarse por el Gobierno y, en concreto, por el presidente de la República, porque "se trata de un proyecto que implica gasto público y por ello no puede ser propuesto por una diputada".

Pero la ley tan solo superó un trámite muy primario para llegar a ser realidad. Después le queda la votación afirmativa de las dos Cámaras. Pero según explica  Patricia Luna, "el Gobierno no tiene mayoría, ni en la Cámara de los Diputados ni en el Senado, y depende del centrista Partido Demócrata Cristiano para frenar la iniciativa".

La cuestión es que ya hubo diputados, que se encuentran dentro de la coalición gobernante, que confirmaron su voto a favor de la reducción de la jornada laboral a 40 horas "porque se ajusta a lo exigido" por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esos diputados pertenecen al principal socio del partido de Piñera, la Unión Demócrata Independiente (UDI).

Pero muchos creen que puede existir la posibilidad de que todo se quede en el debate como sucedió con el intento de legalizar el matrimonio homosexual hace un par de años, cuyo proyecto de ley de 2017 quedó paralizado bajo tramitación legislativa.

Las encuestas van en contra del Ejecutivo. Según los últimos datos tomados por Cadem, principal centro de estadísticas del país austral, el 71% de la población chilena está a favor de esa reducción de la jornada laboral a 40 horas. Algo más que significativo que el Gobierno está empezando a tener en cuenta.

Este debate político, protagonizado por Camila Vallejo y Nicolás Monckeberg, seguirá, probablemente, ocupando la agenda mediática chilena hasta que se llegue a un acuerdo o se cierre definitivamente. Lo que parece es que es una grieta que el Gobierno de Piñera quiere cerrar cuanto antes, ya que no está atravesando su mejor momento en popularidad.

Además, puede ser el debate que reúna a una oposición que hasta ahora ha dividido a la izquierda en muchas situaciones y que hizo que no fuera contundente contra el Ejecutivo en lo que lleva de mandato el presidente Piñera.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho