Justin Trudeau, el primer ministro canadiense admirado en el extranjero por sus políticas progresistas, pero afectado en su país por un escándalo de corrupción, comienza la carrera para la reelección de Gobierno. Sólo tendrá seis semanas para la campaña.

Trudeau inició su intento por permanecer en el cargo este miércoles 11 de septiembre, tras reunirse con la gobernadora general del país, quien ejerce como jefa de Estado en representación de la reina Isabel II de Inglaterra.

"Hace unos momentos, me reuní con Su Excelencia la Gobernadora General, quien me concedió mi solicitud de disolver el Parlamento. Los canadienses acudirán a las urnas el 21 de octubre", anunció Trudeau en rueda de prensa, en Ottawa.

El premier, elegido en 2015, y su partido político buscarán así un segundo mandato frente a su principal rival, el líder del Partido Conservador, Andrew Scheer, además de Jagmeet Singh, del Nuevo Partido Demócrata, y Elizabeth May, de los Verdes.

Tras cuatro años en el cargo, Trudeau afirmó que su gestión en el Gobierno apenas está comenzando. “Hemos hecho mucho juntos estos últimos cuatro años, pero la verdad es que apenas estamos comenzando. Así que los canadienses tienen una importante elección por hacer, ¿regresamos a las políticas fallidas del pasado o seguiremos avanzando? Esa es la elección, es así de claro e importante”, dijo el líder del gobierno canadiense.

El anuncio de Trudeau se produjo luego de que una reciente encuesta mostrara que su partido político recuperó una ligera ventaja sobre la oposición.

¿Qué posibilidades tiene Justin Trudeau para una reelección?

Según los sondeos, Trudeau y los liberales no obtendrían un control absoluto en el parlamento.

El premier, quien asumió el cargo enfatizando en la importancia de la igualdad de género, los derechos de los homosexuales y el medio ambiente, esta vez no ganaría suficientes escaños para gobernar por sí mismo, después de que una serie de pasos en falso en su administración, cuestionaran su liderazgo y redujeran su popularidad que alguna vez fue muy alta.

Una encuesta nacional de Nanos Research publicada el pasado martes mostró a los liberales con un 34,6 %, en la intención de voto, y los principales conservadores de la oposición, liderados por Andrew Scheer, con un 30,7 %.

Se trata de una leve ventaja del partido del primer ministro, después de meses en los que estuvo en desventaja. Pero ese margen no sería suficiente para garantizar una mayoría de escaños en la Cámara de los Comunes.

El líder del Partido Conservador, Andrew Scheer, dijo este miércoles que Trudeau "ha perdido la autoridad moral para gobernar" y que los canadienses no pueden confiar en él ni en su partido.

"Hemos estado demostrando a los canadienses cómo Justin Trudeau ha estado mintiendo de forma consistente a los canadienses", afirmó Scheer también en Ottawa, en referencia a la polémica por la presunta influencia política para favorecer a la mayor constructora del país, SNC-Lavalin.

Sin embargo, el hombre casado de 47 años, padre de tres hijos, y cuyas políticas progresistas han acaparado titulares de prensa que despiertan la atención en el ámbito internacional, tiene cartas bajo la manga para destacar.

Los liberales citan como motivos para su reelección cifras bajas de desempleo casi récord, un crecimiento económico en auge y los niveles más bajos de pobreza de los últimos tiempos.
 

Los escándalos que salpicaron a Trudeau

El peor momento para el liderazgo de Trudeau llegó el pasado febrero, cuando la entonces ministra de Justicia, Jody Wilson-Raybould, anunció su renuncia al acusar al primer ministro y a otros altos funcionarios de presionarla, para evitar un juicio contra la mayor empresa de construcción del país, SNC-Lavalin Group Inc.

Supuestamente la compañía habría pagado sobornos a funcionarios en Libia, para obtener contratos en ese país cuando era dirigido por el entonces líder Muamar Al Gadafi, quien falleció en 2011.

En protesta por la supuesta interferencia política de la administración de Trudeau en este caso, también dimitió la entonces ministra del Tesoro, Jane Philpott, el pasado marzo.

Cinco meses más tarde, en agosto, un importante organismo de control dictaminó que el primer ministro y su equipo habían violado las reglas de ética. Trudeau admitió lo ocurrido, pero en ese momento señaló: “No puedo pedir disculpas por defender los trabajos canadienses”, al indicar que lo hizo para evitar una crisis en una de las compañías que genera miles de empleos en su país.

La empresa cuenta con alrededor de 9.000 trabajadores en Canadá y alrededor de 50.000 en otros países. Muchos de los empleos están ubicados en Québec, un importante bastión político para Trudeau.

Aunque los rivales del premier canadiense pueden desesetimar sus logros, los diplomáticos en los países aliados dicen que su enfoque en el feminismo, el medio ambiente y la necesidad de organizaciones multilaterales es importante en un momento en que el populismo está en aumento y Estados Unidos parece tener la intención de reducir sus ambiciones globales.