La Suprema Corte de Justicia de Mendoza confirmó la pena de tres años y nueve meses de prisión impuesta a Julieta Silva por atropellar con su auto y matar a su novio, el rugbier Genaro Fortunato.

El hecho ocurrió en San Rafael el 9 de diciembre de 2017 a la salida de un boliche, y este viernes se rechazaron los recursos de Casación de la defensa (que reclamaba la absolución de Silva), y de la fiscalía y la querella, que pretendían una condena más elevada.

La asesina, quien en ese entonces tenía 29 años, fue condenada por el delito de homicidio culposo de Fortunato (de 25), quien era su pareja y al que atropelló con su auto porque no lo vio, según ella misma dijo.

La víctima había discutido con la chica esa noche, y cuando ella se fue intentó subirse a su auto. La mujer se lo impidió y aceleró: fue en ese momento que el joven quedó tirado en el asfalto.

La Justicia investigó lo que sucedió después: la condenada arrancó, dio un giro en U y volvió al punto en donde estaba su novio. Lo pasó por encima y lo mató. Ella aseguró no haberlo visto porque estaba muy oscuro, llovía y no tenía puestos sus anteojos. Silva declaró ante el juez: "Tuve la sensación de que había pisado un pozo y seguí”.

En ese fallo de primera instancia y unánime, los jueces sanrafaelinos Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle impusieron una pena de tres años y nueve meses de prisión a Silva, lo que fue apelado por la fiscalía y la querella y también por la defensa, a cargo de Alejandro Cazabán, que reclama su absolución. Pero todo quedó tal y como estaba.