Cuando Roger Federer debutó en el torneo de Halle tenía 18 años y competía con el croata Ivan Ljubičić y el sueco Thomas Johansson. El primero es ahora su entrenador y el segundo es el preparador de David Goffin, su rival de este domingo en la final del torneo alemán.

A sus 37 años, Federer, se impuso con poco sufrimiento al belga, quien disputaba su primera final desde 2017. Goffin le plantó cara al helvético en el primer set en donde llegó a tener tres puntos de quiebre que no pudo materializar. Federer no gozó de oportunidades para romper el saque de su oponente, pero se lució en el tiebreak.

El exnúmero 1 del mundo ganó el desempate por 7-2 y se llevó el primer set. Fue una primera manga que iba a tener muy poco parecido con el segundo episodio. Goffin comenzó el set cediendo su servicio y rápidamente Federer se puso arriba por 4 – 1.

El belga empezaba a perder los nervios mientras Federer dirigía una sinfonía con su raqueta. Roger cerró con otro break y conquistó el set por 6 – 1. Sonreía el suizo que acababa de ganar su décimo título en Halle.

Federer nunca había levantado un torneo tantas veces. “Es algo que quedará en mi memoria para siempre y lo he logrado aquí, en Halle”, afirmó el campeón.

Con la victoria en Halle, Roger Federer acumula 102 títulos individuales. A los diez de Halle se suman los nueve de Basilea, los ocho de Dubái y otros ocho de Wimbledon, entre otros campeonatos.

Son unos números que le permiten al helvético recortar distancias al estadounidense Jimmy Connors. El norteamericano ostenta desde 1989 su récord con 109 títulos y Federer parece decidido a no conformarse con lo conseguido en Halle.

El 1 de julio comienza Wimbledon, el Grand Slam favorito de Federer, que parte como uno de los grandes favoritos y él parece saberlo. “Siempre que gano Halle, juego muy bien en Wimbledon”.