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Información General 20.06.2019

Científicos del CONICET advierten sobre la amenaza de los plásticos en los mares

Un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se reunió para concientizar sobre los microplásticos presentes en los mares y las consecuencias que traen a dicho ecosistema.

Fuente: El Intransigente

Un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se reunió para concientizar sobre los microplásticos presentes en los mares y las consecuencias que traen a dicho ecosistema. Así, remarcan que se trata de bolsas, botellas, empaques de plástico y demás que se encuentran desperdigados por donde no debería estar: playas, parques y montañas. “El plástico es muy usado ya que es barato, liviano y fácil de producir. Pero, por otro lado, es muy resistente: una bolsa puede demorar hasta 600 años y una botella 1000 en degradarse”, explicó Ignacio Chiesa, investigador del CONICET en el CADIC.

“Actualmente, sólo el 9 por ciento del plástico que se produce es reciclado. La ONU ha indicado que de mantenerse esta tendencia y no tomarse medidas al respecto, para el año 2050 existirán cerca de 12 mil millones de toneladas de desechos plásticos repartidos en vertederos y en los océanos, es decir, habrá más plástico que peces en los mares”, agregó Analía Fernanda Pérez, científica adjunta del CONICET en la Universidad Maimónides.

En total, se estima que hasta el 10% de los productos plásticos producidos finaliza su vida útil en los océanos, en donde se acumulan y conforman un panorama preocupante, según los investigadores. Ante esta realidad, en el Día Mundial de los Océanos, la ONU se encargó de “resaltar el problema de la contaminación por plástico”. “Actualmente, 13 millones de toneladas de plástico se filtran en el océano cada año, lo que provoca, entre otros daños, la muerte de 100.000 especies marinas”, señalaron desde la entidad internacional.

Asimismo, el problema no es solo la presencia de los plásticos en los mares, que flotan y se sumergen generando molestias a los animales que lo ingieren, sino que también el lento proceso de degradación termina por afectar el ecosistema. Al momento de iniciar su proceso de descomposición, estos objetos se degradan y desprenden pequeñas partículos conocidas como microplásticos, los cuales miden alrededor de 5 milímetros.

En esa línea, Chiesa explicó que “la presencia de pequeños fragmentos plásticos en los océanos se señaló por primera vez en los años setenta. Estos pueden formarse a partir de la descomposición de macroplásticos debido al efecto de la radiación solar, la oxidación y las fuerzas mecánicas. También pueden ser incorporados directamente en el agua, como es el caso de las fibras sintéticas textiles, productos cosméticos, y el degaste de neumáticos, entre otros”, explica Chiesa.

Al iniciar con las investigaciones en torno a estos microplásticos es que se pudo establecer su existencia en todos los mares del mundo y el daño que causan a las especies y comunidades que habitan los ecosistemas marinos. “Debido a su pequeño tamaño los microplásticos están disponibles y pueden ser consumidos por los organismos en la base de la cadena trófica, es decir los que están al comienzo de la cadena alimenticia”, explicó Pérez.

"Además, como toda partícula muy pequeña, tienen una gran superficie exterior en relación a su volumen. Eso provoca que los microplásticos puedan concentrar contaminantes un millón de veces más que el agua de mar. También pueden absorber metales pesados y dejar biodisponibles plastificantes y aditivos tóxicos utilizados durante su fabricación. Por lo tanto, la ingesta de estas partículas podría introducir toxinas en la base de la cadena alimentaria y así acumularse en los organismos a lo largo del tiempo -proceso conocido como bioacumulación– y también transferirse a niveles superiores, es decir a sus predadores”, expuso Chiesa por su parte.

Ante el problema que representa esta contaminación, los investigadores argentinos Chiesa y Pérez iniciaron un proyecto que tiene como fin monitorear la presencia de microplásticos en la provincia de Tierra del Fuego. Su tarea consiste en identificar una o más especies que le faciliten el biomonitoreo del contaminante en diferentes áreas. “Nuestros resultados preliminares indican la presencia de microplásticos en invertebrados marinos como la lapa (Nacellamagallánica) y el mejillón (Mytilus edulis chilensis), del Canal Beagle, y en el pez puyén (Galaxias maculatus) de Arroyo Negro, Parque Nacional Tierra del Fuego”, informó Pérez.

“Buscar lo que es verdadero no es buscar lo que es deseable”

Albert Camus