La CGT comenzó a la medianoche su quinto paro general contra la administración de Mauricio Macri. Se espera que la medida de fuerza sea contundente debido a la adhesión de todos los sectores gremiales y sobre todo de dos sindicatos clave: los colectiveros y los ferroviarios. 

Los dirigentes de la CGT y del resto de los sectores sindicales coincidieron en afirmar que "la huelga será contundente y su acatamiento muy elevado", en virtud del malestar que viven los trabajadores.

Además de la CGT, se sumaron al paro la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), tanto la vertiente que encabeza Hugo Yasky como los dos sectores de la denominada CTA Autónoma que responden a Ricardo Peidro y Pablo Micheli, la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) de Sergio Palazzo, el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona), donde participan también el mecánico Ricardo Pignanelli y los camioneros Hugo y Pablo Moyano, movimientos sociales y partidos de izquierda.

Según se prevé, además de la paralización del transporte, no habrá servicios de justicia, ni clases y los hospitales solo atenderán casos de urgencia en esta huelga general.

Pablo Moyano y uno de los integrantes de la conducción de la CGT, Héctor Daer, manifestaron que "el paro será total", ya que "todas las actividades tomaron nota de la gravedad de la situación nacional".

"El paro es para plantear al gobierno que debe dictar medidas porque la debacle y la caída son sistemáticas. Algunos ganaron bastante y, si no se toma el toro por las astas, la crisis será cada vez peor", expersó Daer.

En tanto, los sindicatos pertenecientes a la CGT pero que se retiraron de la conducción informaron que reclamarán a la central obrera "la inmediata convocatoria a un Comité Central Confederal (CCC) para diagramar la prosecución del plan de acción".