El primer debate electoral en España dejó la duda sobre cómo se podrían formar las alianzas de gobierno. Los sondeos parecieron mostrar al liberal Albert Rivera, de Ciudadanos, como el ganador, mientras que el presidente Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), no pareció tener su mejor noche.

Uno de los momentos más flojos del presidente, que llegó al poder por una moción de censura en reemplazo de Mariano Rajoy y que busca este domingo ser elegido en las urnas, fue su silencio a la hora de requerírsele definiciones sobre posibles alianzas de gobierno.

Los sondeos colocaron en segundo lugar a Pablo Casado, del conservador Partido Popular (PP). "No es usted digno de ser presidente", lanzó el joven dirigente en pleno cruce.

El cuarto puesto fue para Iglesias, de Podemos, que basó su estrategia en una repetitiva apelación a la Constitución.

En medio, los dardos se cargaron con la crisis catalana y el incierto futuro por la tensión separatista en esa próspera región. Se acusaron de mentir, de pactar con "los terroristas", de amparar a los corruptos y de dividir a España.

"Es una emergencia nacional echar a Sánchez a la oposición porque si no, volverá a pactar con los independentistas", dijo Rivera.

El primer debate "a cuatro voces" para las elecciones españolas del próximo domingo confirmó el clima de fractura y la incapacidad para alcanzar consensos mínimos antes de la cita con las urnas y dejó dudas sobre cómo se podrían formar alianzas de gobierno.

Uno de los mejores momentos del cruce fue justamente cuando se intentó dirimir qué tipo de acuerdos podrían elaborarse.

"Yo quiero saber si usted volverá a pactar con los que quieren romper a España", preguntó Rivera s al presidente y aspirante a la reelección.

"Yo quiero saber si acordará con los liberales de Ciudadanos", lo presionó a su vez Pablo Iglesias, desde la izquierda radical de Podemos.

El juego fue lo suficientemente abierto como para dejar las opciones en la mesa.

"Te lo he preguntado dos veces, Pedro, y no contestas. Tu silencio es elocuente", reprochó Iglesias, en uno de los mejores momentos del cruce.

Los candidatos llegaron a esta primera cita, que está previsto que se repita hoy en una segunda vuelta, con encuestas que coinciden en que el socialista Sánchez será el más votado, pero que necesitará del apoyo de otra fuerza para llegar a los 176 legisladores necesarios para formar gobierno. Por eso la definición de alianzas, que no quedó clara, era uno de los puntos más importantes de la noche.

Las encuestas electorales en el último día en que está permitida su publicación predicen de manera unánime un liderazgo del PSOE, cómodamente distanciado del segundo de los partidos más votados, el PP. Les seguiría, en tercer lugar, Ciudadanos. El cuarto puesto sería para la formación Unidas Podemos -que reúne a Podemos, Izquierda Unida y Equo-, a la que seguiría muy de cerca el partido ultraderechista Vox.

Lo único que diferencia unas encuestas de otras son las distancias numéricas entre los partidos, aunque en líneas generales mantienen dos posibles mayorías claras.

Una, de izquierda, con el PSOE y Podemos, y otra, de derecha, con el PP, Ciudadanos y Vox, un entendimiento que ya dio resultado a fines del año pasado en las elecciones regionales de Andalucía.

La derecha radical de Vox fue excluida del cruce por carecer de representación en el Congreso. Fue una pena que dejó a muchos con la duda sobre la posición de uno de los partidos que irrumpieron con fuerza y de manera sorpresiva el año último en el escenario español.