Los chalecos amarillos convocaron para hoy una nueva movilización en Francia en el decimonoveno sábado consecutivo de acciones, para el cual el gobierno desplegará un amplio dispositivo de seguridad.

En la jornada están previstas manifestaciones en esta capital y en numerosas ciudades del país, con el fin de reforzar el llamado a un cambio de política gubernamental que permita una mayor justicia social y fiscal.

De su lado, las autoridades anunciaron un refuerzo del dispositivo de seguridad durante la movilización de los chalecos amarillos, con el objetivo de evitar incidentes como los de la semana pasada.

En el acto 18 del movimiento, algunos grupos de agitadores causaron serios daños a restaurantes, tiendas e instalaciones emblemáticas de los Campos Elíseos.

De su lado, las fuerzas del orden emplearon los gases lacrimógenos, las balas de goma y los cañones de agua para intentar dispersar a la multitud, por lo cual se registraron escenas de tensión y violencia.

En el marco del refuerzo de la seguridad para hoy, el Ejecutivo comunicó que desplegará a los militares de la operación Sentinelle para custodiar los edificios oficiales, con lo cual un número importante de policías y gendarmes quedarán disponibles para unirse al dispositivo que actuará frente a los chalecos amarillos.

Antes las preocupaciones expresadas en todo el país por esa decisión, el gobierno debió aclarar que los militares no tendrán ningún contacto con los manifestantes.

'La repartición de tareas entre militares y policías está muy clara', aseguró la ministra de Defensa, Florence Parly, en respuesta a las críticas.

La titular aseveró que los militares 'de ninguna manera' estarán frente a los manifestantes, pues su labor será proteger las edificaciones para liberar a los policías y que un mayor número de estos pueda actuar durante las demostraciones para garantizar el orden público.

'Se trata de permitir a los policías hacer aquello que solo ellos pueden: el mantenimiento del orden público', declaró.