Como todos los jueves, el Dr. José Domínguez, médico psiquiatra, presidente de la Asociación de Psiquiatras de Santa Fe, miembro del capítulo de Trastornos de Ansiedad de APSA, estuvo en los estudios de "Línea Abierta" (FM 101.3) y en esta oportunidad hablamos sobre la pérdida repentina de seres queridos en un hecho trágico o un desastre natural.

La pregunta con la que se inició la charla fue ¿cómo seguimos adelante luego de una pérdida repentina? "uno no viene preparado para esas situaciones y hay cosas que son inevitables, como el duelo, ese proceso donde uno pasa por distintas fases (negación, negociación, ira, angustia y aceptación o aprendizaje) por las cuales todos pasamos pero que siempre sin excepción finalizan, a veces sin nada o con ayuda psicológica. En caso de duelos patológicos con estrés postraumático pueden terminar desencadenando otros cuadros como depresión y fobia" explicó el profesional. Este tipo de casos van más allá de que se viva o no "en situaciones trágicas en forma brusca al estrés postraumático lo puede vivir cualquier persona sin ser conocido siquiera".

En los casos de duelos patológicos Dominguez recomienda "que si se empiezan a notar sítomás específicos hay que hacer un tratamiento porque se está afectando la misma psquis de la persona. Hay terapias psicológicas que apuntan a esas fobias que trabajan con exposición o con simuladores virtuales".

En el caso de aquellos padres que pierden hijos ¿se terminan de recuperar? "el fallecimiento de un hijo no se compara a nada, pero en algun momento tiene que haber una recuperación total que depende más allá del tratamiento de otros factores que tiene que ver con como la familia y los grupos de pertenencia ayuden a salir, hay gente que canaliza por otro lado. Probablemente sean mecanismos de defensa, pero si sirven para evitar la angustia y salir adelante bienvenido sea".

¿Qué pasa con aquellas situaciones en las que sabemos el desenlace? en estos caso de las personas que entran en cuadros depresivos frente a enfermedades prolongadas la situación se traslada a la dependencia, ellos sufren más por cuidados o demanda y el estado depresivo se profundiza más en la muerte y cuesta más sacarla.

Para finalizar el doctor asegura que en los duelos "no hay un tiempo, si uno tiene una pérdida si uno se siente demasiado mal, al mes o a los 15 días esto le afecta la calidad de vida y no puede retomar sus actividades es preferible pedir ayuda antes”.