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Policiales 17.01.2019

INSEGURIDAD

Un ciclista argentino fue asesinado a balazos en Brasil

Cristian Corizzo fue atacado a balazos por desconocidos a bordo de una camioneta de color blanco mientras pedaleaba por una ruta.

Fuente: Infobae

El sábado pasado, en la localidad brasileña de Cantagalo, estado brasileño de Paraná, Cristian Corizzo, un hombre de 44 años oriundo de la localidad de José C. Paz, fue atacado a balazos por desconocidos a bordo de una camioneta de color blanco mientras pedaleaba por una ruta. Recibió tres disparos: uno en el brazo y los otros en el torso. Un grupo de deportistas lo encontró a la vera del camino y lo llevó inmediatamente al hospital São Vicente en Guarapuava, donde murió ayer después de que los proyectiles le destrozaran el hígado y el intestino. "Los médicos hicieron todo lo que estuvo a su alcance pero no aguantó", contó Pablo, uno de sus mejores amigos.

Los asesinos no le robaron nada. Simplemente le dispararon y se fueron, por lo que la policía cree que no se trató de un robo. "Él no tenía enemigos. Allá no conocía a nadie. Por eso no se explica. Se comenta que hay una moda en Brasil de que las bandas como prueba le disparan a los motociclistas como lo hicieron con Cristian. Pudo haber sido eso", dijo el amigo. Otra hipótesis es que lo confundieron con otra persona y lo ejecutaron.

El ciclista asesinado

Un hombre que reconoció al viajero argentino publicó lo que había ocurrido en su Facebook hasta que la trágica noticia llegó a oídos de la familia del ciclista, que inmediatamente viajó. "Quiero informarles que Dios se lo llevó. Gracias, de corazón. El flaco dejó de sufrir", escribió Romina, la hermana, para dar la noticia del fallecimiento.

Durante el viaje mediante el cual quería cumplir su sueño de bañarse en las playas brasileras, Cristian hacía lo que fuera para subsistir. Hacía changas, juntaba algo de dinero y continuaba. "A veces dormía en los refugios de los colectivos o en las casas de la gente que le daba comida. Así lo conocían. Su sueño siempre fue ir a las playas de Brasil pero no a disfrutarlas. En Paraná no hay mar", lamentó Pablo, quien recordó la última vez que lo vio: "Cuando me dijo que su idea era recorrer varios países, yo le dije, 'dejate de joder, andá en micro'. Pero su idea era esa. Era un tipo que no tenía pleitos con nadie", contó su amigo.

Por lo pronto, los familiares que viajaron a Brasil esperan la autorización de las autoridades de ese país para trasladar el cuerpo a la Argentina y poder despedir sus restos. Por el crimen, todavía no hay detenidos.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho