La Bolsa, con sus veloces transacciones, los GPS y la nueva revolución industrial basada en máquinas interconectadas están por destronar a las viejas medidas, a partir del kilogramo. Los nuevos parámetros del Sistema Internacional de Unidades de Medida se votarán en Versalles en la Conferencia General sobre Pesos y Medidas (CGPM) que se realizará del 13 al 16 de noviembre, y entrarán en vigencia el 20 de mayo de 2019.

El objetivo es redefinir las medidas sobre la base de parámetros invariables y universales de la física, en lugar de objetos físicos que pueden cambiar en el tiempo. El alerta se desencadenó cuando se vio que la referencia usada para el kilogramo, es decir el cilindro de platino-iridio conservado en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas de Sevres, en Francia, "adelgazó" levemente por el desgaste y se convirtió en un problema para calibrar los pesos de modo universal.
 
Además, "habiendo definido el kilogramo como el objeto conservado en Sevres, siempre es necesario partir de ese cilindro para escalar las medidas más pequeñas. Si en cambio la unidad de base de la masa se define a través de una constante fundamental se parte directamente de ella, sin perder en precisión hasta la nanoescala", dijo a ANSA Vito Fernicola, que participará en la conferencia de Versailles como consejero del Instituto Nacional de Investigación Metrológica (INRIM). En la práctica, una fracción de gramo no cambia para quien usa la balanza, ni una fracción de segundo influye para cocinar la pasta, pero estas diferencias son cruciales para determinar quién ganó los 100 metros en los Juegos Olímpicos o en los sistemas de navegación por GPS.

La precisión es importante también para la investigación y la industria, que cada vez más se basan en máquinas interconectadas, utilización de "big data", potentes calculadoras. Un sistema de referencia de metrología muy cuidadoso y además crucial en muchos análisis clínicos, "porque impacta directamente en las mediciones que se hacen en los diagnósticos".

Además del kilogramo, que será redefinido sobre la base de la constante de Planck, que pone en relación las partículas con su energía y su masa, también cambiará el experimento imaginario que definía el ampere, midiendo la corriente eléctrica en dos conductores de largo infinito, y será reemplazado por medidas basadas en la carga de un electrón.

Una esfera de puro silicio en cambio estará en la base de la redefinición del mole, y el kelvin -que se refiere a la temperatura y la presión en la que coexisten agua líquida, hielo y vapor- será reformulado sobre la base de la constante de Boltzmann, que fija un vínculo entre energía y temperatura. Todas estas medidas se suman al metro, el segundo y la candela, que mide la luminosidad, ya redefinidos de este modo.