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Deportes 18.10.2018

JUEGOS OLÍMPICOS DE LA JUVENTUD

Los “hermanos” del beach voley consiguieron el bronce

Amieva y Zelayeta vencieron a los húngaros en el encuentro por el tercer puesto.

Fuente: Clarín

“Lo quiero como a un hermano, es el mejor compañero que puedo pedir”. Con esa frase, tan simple pero tan fuerte, Bautista Amieva describe su relación con su compañero, Mauro Zelayeta. Mauro responde rodeando el cuello del mendocino y esbozando una sonrisa. Los compañeros que son hermanos le dieron una nueva medalla a la Argentina.

Es muy distinta la historia detrás detrás de cada uno de los protagonistas del bronce argentino en beach volley. Mauro, nacido en Mar del Plata, la cuna argentina de este deporte, se crió soñando con el fútbol. “Mi ídolo es Riquelme” tira, recién consagrado en el voley playa. Bautista, en cambio, es hijo de Carlos Amieva, uno de los entrenadores principales de desarrollo de la Federación Argentina de Voley, en su modalidad arena -entre otros, Amieva padre formó a Leo Aveiro, también medallista de bronce para Argentina en Nanjing 2014-. Al hablar de su papá, Bautista se congela y no puede evitar las lágrimas. “Cuando lo vea no sé qué nos vamos a decir, pero sé que lo voy a abrazar muy fuerte. Él me inculcó este deporte. Él es mi primer entrenador”, cuenta emocionado.

Ian Mehamed fue el encargado de ensamblar este equipo. El ex jugador de la Selección Argentina, olímpico en Río 2016, coordinó de principio a fin los tres años de trabajo de este equipo. Porque Zelayeta, Amieva y Mehamed son eso, un equipo. “Es alguien con quien se puede hablar. Hace muchos chistes pero cuando hay que ponerse serio se pone serio”, cuenta el marplatense. “Gran parte de este logro se lo debemos a él”, completa el mendocino Amieva, quien tras el encuentro cortó una entrevista en vivo para correr a abrazar a sus tíos y a su abuela, que se perdían el vuelo de vuelta a Cuyo si esperaban a que los periodistas terminaran su trabajo con el reciente medallista olímpico.

“Le agradezco a mi familia que se vino hasta acá a vernos”, lanza el mendocino. Zelayeta, que hasta los 15 años fue futbolista en Aldosivi, no se queda atrás: tras el punto final del doble 21-15 con el que Argentina venció a Hungría, el reciente campeón provincial bonaerense levantó los brazos para acompañar el “Vamos, vamos, Argentina...” que le cantaba la hinchada. La dupla vivió un sueño en la Capital de todos los argentinos.

 

El trabajo en menores del Voley playa en Argentina tiene futuro. “Sería muy lindo jugar un Juego Olímpico de mayores, pero lo pienso para mas adelante”, se ilusiona Amieva. “Por ahora solo quiero tener la medalla y al Pandi en la mano”, agrega entre risas Zelayeta.

Argentina sumó una nueva medalla gracias a una dupla formada por dos hermanos del alma, guiados por un amante del voley playa. Es más que suficiente excusa para festejar.

 

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho