Vicky Xipolitakis (31) está embarazada de seis meses. Su hijo será varón. Se llamará Salvador Uriel y es fruto de su matrimonio con el financista Javier Naselli (52).

"La" Xipolitakis tiene una aplicación que, semana a semana, le muestra el tamaño del bebé. "Todos los pitulines tienen que medir siete centímetros y el de este mide nueve", dijo graciosa hace unos días. Pero después pasó un mal momento relacionado al embarazo.

A "La Griega" tuvieron que internarla en las últimas horas a causa de un dolor que equivalía a "cuchillos clavados en la panza". Ella y su marido están en Nueva York. La trasladaron a la clínica Mont Sinai, muy conocida por las rehabilitaciones de celebridades.

"Una mañana de susto, pero ya estamos bien. Internada algunas horitas. Embarazadas, ojo con la pirosis", posteó luego más tranquila, y habiendo conocido el diagnóstico de su afección.

¿Pirosis? ¿De qué se trata? La misma Victoria se refirió a lo que vulgarmente conocemos como una sensación de quemazón en el esófago, justo debajo del esternón, provocada por la regurgitación del maldito ácido gástrico.​

Pero ella lo dijo con sus propias palabras. "El 50 por ciento de las embarazadas lo tienen en los últimos meses, ya que el bebé aprieta. No es peligroso. Sólo asusta mucho porque duele demasiado. Ya estamos bien, pero te quiero lejos, pirosis".

Desde sus redes, y ante la evidente preocupación de mucha gente, se hizo tiempo para decir que no es una acidez normal, sino "la sensación de tener cuchillos clavados en la panza. No se puede puede caminar, respirar, ni estar parada o sentada. El bebé al estar más grande aprieta el estómago y hace que se produzcan ácidos muy dolorosos. A veces estos dolores se confunden con infartos, pero para evitar que pase hay que comer menos cantidad y hacer dos horas de digestión antes de ir a dormir".

Sobre el misterioso señor Naselli, marido de Vicky, no se sabe mucho más allá de que se trata el padre de la criatura y que fue él quien la acompañó hasta la clínica: "Él trabaja en un banco privado y no quiere que diga ni su nombre. Si abro la boca, después tengo problemas yo".