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Salud 01.09.2018

Las seis etapas de la vida que marcan cómo nos relacionamos con la comida

Hay hábitos que se marcan desde muy temprano y es importante estar atentos.

Fuente: La Nación por María Israel

as grandes etapas madurativas que transcurrimos desde que jugamos "al avioncito", hasta la vejez, impactan en cuánto, qué y cómo comemos . "Los hábitos alimentarios van evolucionando", afirma el Dr. Edgardo Ridner, expresidente de la Sociedad Argentina de Nutrición. El experto nos habla de 6 etapas claras:

1. Primera infancia

La actitud de los bebés hacia la comida es maleable, lo cual crea una oportunidad única para los padres, destaca Ridner.

" Suelen comer igual que los padres . Si uno de ellos es selectivo, es probable que el niño también lo sea", agrega la licenciada en nutrición, Analía Moreiro, especialista en alimentación de niños, adolescentes y adultos. Aconseja que toda la familia coma variado, sobre todo frutas y verduras, y empezar desde ahora a inculcar hábitos saludables.

2. Segunda infancia 

Los chicos empiezan a elegir qué, cuándo y cuánto comer. Tienen dinero y compran en el kiosco. Ridner advierte que esta puede ser "la última oportunidad de corregir hábitos no deseables". Resalta que la escuela puede cumplir un rol clave, si se lo propone.

3. Adolescencia

La comida aparece asociada a la belleza física. Es típico de esta etapa consumir productos de moda y hacer dietas (extremas, en algunos casos). "Los padres deberán vigilar las conductas alimentarias, inculcar hábitos como el desayuno, y tratar de ofrecer comidas caseras que incluyan frutas y verduras frescas", recomienda Moreiro.

4. Adulto joven

"La época de la variabilidad", según Ridner. Algunos inician la búsqueda de la salud hasta niveles obsesivos; otros se darán todos los gustos. A esto se suman hitos clave, como el matrimonio, la maternidad, una carrera universitaria o el trabajo.

"En el caso del matrimonio, se ha visto que la mayoría de las personas sube de peso. Esto puede estar relacionado con que cambia el ritmo de vida y uno se vuelve más hogareño, sale menos y realiza poca actividad física", explica Moreiro.

El estrés o las horas fuera de casa también pueden causar una alimentación desprolija: picoteo, comida al paso o saltearse comidas. "Entre los 30 y los 40 años el estrés laboral y la cantidad de horas fuera de casa suelen determinar lo que vamos a comer. El almuerzo se convierte en un trámite, donde se come lo que se puede", avisa la especialista. Eventualmente, el cuerpo pasa factura y aparecen problemas de colon irritable y gastritis.

5. Adulto maduro

Aquí, la persona suele afirmarse en el camino elegido. "El saludable va a seguir comiendo bien por toda la vida", afirma Ridner. Entre los 40 y los 50, además, la estabilidad económica permite volverse más "gourmet", según Moreiro. "Los alimentos y la bebida pasan a tener otro protagonismo y abundan las reuniones sociales en torno a estos", asegura.

Entre los 50 y los 60 comienzan grandes cambios en el cuerpo. "Es tiempo de reforzar las proteínas para evitar el deterioro muscular, hacer ejercicio y consumir lácteos", enumera la nutricionista.

6. Adulto mayor

"El adulto mayor ya es intocable" en sus hábitos, declara Ridner. "Pretender éxito con una dieta a los 60 años es una quimera, incluso en casos extremos".

Por otro lado, la comida adopta una "función terapéutica", es decir, se come según alguna enfermedad presente o para evitar un trastorno (hipertensión, diabetes, osteoporosis), explica Moreiro.

A una edad más avanzada, la dentadura se vuelve un condicionante para comer, y el estado de ánimo puede provocar momentos de inapetencia. "Les recomiendo fomentarla vida social y, en lo posible, buscar momentos para que comer sea gratificante", concluye la nutricionista.

“Para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”

Coco Chanel