Los europeos dominan la escena del tenis internacional. No es nuevo: ocurre desde largos años atrás, con el dominio repartido entre Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray. El último ranking no engaña: de los primeros 20, sólo 7 pertenecen a otro territorio del planeta. Juan Martín del Potro está en el puesto 6º, Kevin Anderson, de Sudáfrica, está 7º, John Isner (9º), Sam Querrey (12º), Jack Sock (14º), son de Estados Unidos, Diego Schwartzman está 15º y cierra el círculo de los 20 el coreano Hyeon Chung, uno de los protagonistas de la nueva generación, de 22 años.

Los europeos, sobre todo, patinan sobre el polvo de ladrillo con evidente destreza: cuatro de ellos, alcanzaron las semifinales del Masters 1000 de Roma. Y tres, al menos, tienen una buena historia que contar. Rafael Nadal, el español, no afloja ni cuando lo acorralan contra las cuerdas; sabe sufrir, ganar y volver a una final. Y a punto, ya que está, de volver a la cúspide del ranking. Novak Djokovic, el serbio, su rival del último encuentro, dejó una sentencia a futuro: está, ahora sí, verdaderamente de vuelta. El tercer hombre es Alexander Zverev, el alemán, que no solo jugará hoy la finalísima -desde las 11, por ESPN-, sino que se convirtió en un especialista en el arte de los peloteos: logró este título en 2017 y acaba de conquistar Madrid.

Hay, entre ellos, 10 años de diferencia. Los números, a veces, respaldan las historias: el español, de 31 años, pretende el 78º título de su carrera, el octavo en Roma y volver a ser Nº 1, mientras que el alemán, de 21, (tercero en el mundo, detrás de las leyendas) quiere el noveno título y retener la corona. El duelo es liderado por el Matador por 4-0, con 2-0 sobre arcilla. Rafa derrotó a Djokovic por 7-6 (7-4) y 6-3, mientras que el joven, nacido en Hamburgo y que reside en Montecarlo, superó al croata Marin Cilic por 7-6 (15-13) y 7-5.Nadal gana hasta cuando parece vencido, Djokovic exhibe dosis de su vieja prepotencia y Zverev es el líder de la nueva generación. La antesala a Roland Garros ofrece un repertorio de sus mejores propuestas. "Para mí es más importante volver a ser campeón en Roma que recuperar el número uno", asume Nadal, un animal de la competencia, más allá de los pergaminos numéricos. Se alimenta de los triunfos el ganador de diez Roland Garros. "Este torneo es clave para ganar confianza. Nole volvió al ruedo, pero siempre es un rival de temer. Creo que volverá a ser el de antes", confirma el español.Y Nole devuelve la gentileza dialéctica. "Es el mejor de todos los tiempos en esta superficie y está en gran forma. Es muy complicado enfrentarlo en polvo de ladrillo", cuenta el serbio, que fue campeón en Roma por cuarta y última vez en 2015. Entre ellos, Zverev asoma la cabeza. Dejó atrás la timidez: todos saben que ya llegó. "Nadal ganó tantos torneos en polvo de ladrillo y suma diez coronas en Francia... así que no soy el favorito. Pero estoy listo para el desafío", acepta, antes de la cita de dos generaciones. De un as a un pichón de crack.