Durante las peleas de Floyd Mayweather, uno de los mejores boxeadores de la última década, a mucha gente que no es aficionada al boxeo le llamaba la atención la presencia en su esquina de un personaje muy particular. Se trataba de Rafael García, que sobresalía por su característico gorro lleno de pins de los lugares del mundo que visitaba.

García le vendaba los puños antes de subirse al ring y le curaba las heridas durante el combate. El rol de “cutman” muchas veces está subvalorado pero es realmente importante en el boxeo, y el mexicano García era uno de los mejores del mundo en su trabajo.

Ayer, a los 88 años, García falleció en su casa, en Las Vegas. El nacido en Puebla sufría una leucemia aguda y era un personaje muy querido en el mundo del boxeo. En más de 60 años de carrera, trabajó con más de 35 campeones mundiales, entre los que se destacan Roberto Durán, Alexis Arguello, Wilfredo Gómez o Jessie Vargas, entre otros. Diferentes personalidades del pugilismo lo despidieron a través de las redes sociales:

RIP Grand Dad. I️ will always love you. pic.twitter.com/ZBLBrmyFSK

— Floyd Mayweather (@FloydMayweather) 15 de noviembre de 2017