Cuando, hace 200 años, el barón alemán Karl Freiherr von Drais desarrolló un vehículo de dos ruedas para reemplazar los carros tirados por caballos en trayectos cortos, tal vez no se imaginó que su invento -por entonces sin pedales- se transformaría muchas décadas después en un instrumento deportivo y que revolucionaría el transporte de numerosos centros urbanos y rurales en todo el mundo.

Actualmente es difícil que la bicicleta no sea tenida en cuenta como un actor más en el tránsito de las grandes ciudades. Tienen su espacio en las calles de muchas ciudades, varios sistemas de transporte público preveen un sitio para ellas y hasta son proveeídas gratuitamente en algunas. No es para menos: tanto niños como adultos las utilizan para el ocio o para el transporte y las hay en todas sus formas, utilidades y colores.

Además, como si el argumento de que es entretenido no fuera suficiente, son económicas, ecológicas, prácticas y una excelente manera de hacer ejercicio. Para aquellos que disfrutan hacerlo en sus vacaciones, o que buscan un lugar donde dar rienda suelta a su pasión por pedalear, una selección de ciudades amables para las bicicletas y sus entusiastas:

Una de las ciudades de bicicletas por excelencia. Liderando prácticamente todos los rankings, la capital de Dinamarca es el mejor destino para los ciclistas.

Para empezar, en el centro de la ciudad ya circulan más bicicletas que autos. Ese motivo alcanza para, como turista, ponerse a pedalear para vivir la ciudad como cualquier danés. Además, para quienes se estresan conduciendo una bicicleta por la ciudad, la ciudad tiene para ofrecer más de 350 kilómetros de carriles de bici y es por eso la más segura del mundo para ciclistas. Según estadísticas recientes, el 35% de su población utiliza la bicicleta como transporte habitual y se calculan más bicicletas que habitantes.

Como no podía ser de otra manera, los sitios para alquilar una bicicleta proliferan por todas partes. Sin embargo, el más económico y accesible
es el sistema público, que cuesta sólo 25 coronas la hora (aproximadamente 70 pesos argentinos) y que incorpora incluso un sistema de GPS, especial para turistas.

Por otra parte, en los alrededores de la capital danesa hay grandes espacios para recorrer en bicicleta. Por ejemplo, al idílico pueblo marinero de Dragør, formado por calles y casas que datan del siglo XVIII, sólo se puede acceder en autobús o en bicicleta. Y recorrer pedaleando los 13 kilómetros de paisaje que lo separan de Copenhague vale la pena como experiencia en sí misma.

Esta ciudad portuaria de Francia va por un camino exitoso en la concientización del uso de la bicicleta. Para lograrlo invirtió exitosamente en una importante infraestructura en bicisendas y carriles exclusivos. En el centro solamente, los ciclistas cuentan con 200 kilómetros de sendas para circular.

Burdeos dispone además de un servicio público absolutamente gratuito a través de la Maison du Vélo, con más de 4 mil bicicletas. La CUB (Comunidad Urbana de Burdeos) también está trabajando fuertemente para conseguir que en 2020 el 15% de los desplazamientos se hagan sobre dos ruedas.

El uso diario de la bicicleta en la capital holandesa es uno de los más altos del mundo (28%) en una población de 750 mil habitantes, de los cuales un 75% posee al menos una. Para los turistas es sin duda un atractivo, al menos visual, ya que a simple vista es fácil notar que las bicicletas tienen el protagonismo y los autos son un personaje secundario.

Al ser una ciudad que integra con tanta perfección las bicis a la vida de todos los habitantes, con un 90% de la ciudad cubierta de "bicisendas" y sitios para dejarlas con seguridad, para los turistas es muy sencillo alquilar una y sumarse al tránsito. Con sus canales y sus calles angostas, Amsterdam es prácticamente el cliché numero uno de las ciudades bike-friendly, porque vale la pena recorrerla sobre dos ruedas.

Sevilla, al sur de España, ocupa el cuarto puesto en el ranking europeo de ciudades amigables para las bicicletas, después de Ámsterdam, Copenhague y Utrech, en Países Bajos. La capital andaluza apenas tiene lomadas y las distancias son cortas, por lo que pedalear por sus calles es agradable incluso en el verano.

Además de instalar un servicio de alquiler de bicicletas (uno de los más baratos de España), el Ayuntamiento diseñó rutas turísticas específicas para conocer la ciudad arriba de una bici. Una de las más populares incluye los principales monumentos de la ciudad, como la Torre del Oro, la Catedral, los Jardines del Real Alcázar, la Giralda o la Plaza de España. Incluso se recomienda dedicarle un día entero (o varios)  para poder ir visitando los monumentos con calma y pedalear a buen ritmo.

Río de Janeiro, la segunda ciudad más poblada de Brasil, es una ciudad que construye poco a poco su camino a ser una ciudad sustentable. En este proceso, la bicicleta juega un papel fundamental. Con motivo de la Cumbre de Río en 1992, la ciudad construyó numerosos carriles exclusivos para bicis por toda la playa de Copacabana y luego en otras.En total, Río ofrece 300 kilómetros entre ciclopistas y vías especiales, algunas compartidas con peatones. Además, su servicio de préstamo de bicis público que funciona desde 2011 (BikeRio) tiene un éxito increíble entre locales y turistas. Poco a poco, la bicicleta le gana terreno a los autos en esta ciudad sudamericana.

Berlín

Una de las mejores maneras de conocer la capital alemana es en bicicleta, teniendo en cuenta que más de 890 kilómetros de bicisendas cubren la ciudad. En una ciudad tan grande y tan colmada de historia por todas partes, contar sólo con una caminata puede ser demasiado agotador. Dividiéndolo en varios días y por zonas, la bicicleta puede ser un gran aliado.

El Plan de Desarrollo de Transporte berlinés busca por el momento lograr que el 18% de los desplazamientos sea en bici y se pueda así reducir el tráfico de automóviles del 32 al 25% para 2025. En este sentido, está en construcción un camino que rodeará la ciudad siguiendo el antiguo trazado de ferrocarril, y por la que sólo circularán bicicletas.