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Salud 04.10.2017

Depresión: presente y futuro de una epidemia contemporánea

El trastorno mental afecta a más de 300 millones de personas y los casos aumentaron casi un 20 por ciento en la última década. Un simposio organizado por INECO repasó todas las novedades sobre el mal. 

Fuente: Infobae

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de 300 millones de personas padecen depresión en todo el mundo, y configura una de las principales causas de discapacidad.

Con esta terrible estadística mundial, se realizó en la Argentina una nueva edición del Simposio Internacional de Fundación INECO: "Depresión: presente y futuro de una epidemia contemporánea".

Durante el encuentro, expertos de distintas regiones del mundo se reunieron con el objetivo de analizar en profundidad la depresión, sus factores determinantes o asociados y las posibilidades actuales y proyecciones futuras en cuanto a su tratamiento.

La introducción del evento estuvo a cargo del prestigioso neurólogo y neurocientífico argentino Facundo Manes, creador del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de la Universidad Favaloro: "Desde que nació la Fundación allá por el 2008, uno de nuestros pilares siempre fue y es el de formar y capacitar a profesionales de todo el país. Hoy nos reencuentra una nueva edición del Simposio que reúne a expertos no sólo de nuestro país sino de distintas partes del mundo y hace posible que convivan diferentes especialidades abocadas a una misma problemática".

"Suicidio y Depresión: desde la Biología a la Psicología", fue la charla del doctor Leonardo Tondo, del McLean Hospital–Harvard Medical School, de Boston, USA.

Tondo sostuvo que "entre un 6% y un 15% de pacientes con depresión tienen comportamientos suicidas. Es importante que hablemos de la depresión y que lleguemos a tiempo". Además, mencionó algunos factores protectores frente al suicidio ligado a la depresión tales como: "la conciencia de la enfermedad, la fe religiosa, el matrimonio, estar a cargo de niños pequeños, el apoyo familiar, y el acceso a la asistencia médica mental".

Si bien no se puede determinar una causa para la depresión, existen múltiples factores que aumentan el riesgo de padecerla; entre ellos los factores genéticos, los rasgos de la personalidad y los eventos ambientales estresantes tales como las dificultades socio económicas, el abuso sexual, la escasa red social y familiar o la pérdida de seres queridos. Las enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer o cualquier condición que produzca dolor crónico también aumentan el riesgo de padecer depresión, de igual modo que el abuso de alcohol y otras sustancias.

"Estados prodrómicos del desorden bipolar en la juventud: potencial de la detección e intervenciones precoces", fue la exposición del prestigioso profesor en Psiquiatría, Kiki Chang, de la Universidad de Stanford.

Además, participaron el doctor Andrés Kanner, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami y el doctor Kenneth Shulman, del Sunnybrook Health Sciences Centre, de la Universidad de Toronto.

Proveniente de Chile, el doctor Danilo Quiroz, Director de la Fundación Neuropsiquiátrica de Santiago – NEPSIS, y de la Universidad Diego Portales, habló sobre "Aceptar la incertidumbre para lograr racionalidad en el tratamiento de la Depresión", junto a Sergio Strejilevich, director del Programa de Trastornos Bipolares, de la Universidad Favaloro.

El doctor Cetkovich aclaró que "hemos avanzado mucho en comprender la forma en la cual los genes interactúan con factores medioambientales para favorecer los riesgos de la depresión. Algunos eventos vitales estresantes favorecen el riesgo de desarrollo de depresión, dentro de estos el maltrato y la negligencia infantil son dos grandes factores predisponentes junto a otros tantos eventos vitales estresantes".

Por su parte, el doctor Strejilevich, profesor del instituto de Neurociencias de la Universidad Favaloro explicó: "Los psicofármacos son los más prescriptos en el mundo y deberían usarse sólo en un tercio de los casos de depresión. Deberían estratificarse los distintos tipos, por ejemplo, si se trata de una depresión leve a moderada se podría realizar un tratamiento de psicoterapia, e incluso ejercicio físico, yoga o mindfulness. En cambio, si se trata de una depresión grave los antidepresivos son muy efectivos, mientras que si estamos frente a un trastorno bipolar, están contraindicados. En un futuro tal vez ya contemos con biomarcadores para obtener un mejor diagnóstico y posterior tratamiento". El especialista aseguró que sólo aceptando las incertidumbres que existen en psiquiatría se podrá avanzar, y agregó: "el sistema clínico con el que se diagnostica, tipifica, evalúa e investiga a las depresiones no está funcionando".

Charles Nemeroff, director del Center on Aging at the University of Miami Miller School of Medicine, habló sobre correlatos neurobiológico del abuso y la negligencia en niños junto a Sahib Kalsha, Laureate del Institute for Brain Research, Tulsa.

El cierre del evento estuvo a cargo del doctor Marcelo Cetkovich-Bakmas, de Ineco.

El problema de la depresión

Si bien no se puede determinar una causa para la depresión, existen múltiples factores que aumentan el riesgo de padecerla; entre ellos los factores genéticos, los rasgos de la personalidad y los eventos ambientales estresantes tales como las dificultades socio económicas, el abuso sexual, la escasa red social y familiar o la pérdida de seres queridos.

Las enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer o cualquier condición que produzca dolor crónico también aumentan el riesgo de padecer depresión, de igual modo que el abuso de alcohol y otras sustancias.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la región de las Américas cerca de 50 millones de personas vivían con depresión en 2015 (alrededor del 5% de la población). En Argentina, un 16,3% de quienes participaron en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2013 aseguró sentirse deprimido o ansioso.

La depresión puede representar un serio problema de salud, generando sufrimiento y entorpeciendo la realización vocacional, el cumplimiento de proyectos y hasta la capacidad de cubrir las necesidades básicas. Quienes la padecen atraviesan períodos de tristeza y/o irritabilidad, pérdida del interés y el placer por las cosas que antes le generaban motivación, dificultad para atender y concentrarse, disminución del nivel de energía, alteraciones en el sueño y el apetito, enlentecimiento psicomotriz entre otros. Incluso, en algunos casos, sin un adecuado tratamiento puede tener consecuencias devastadoras como el suicidio.

La Encuesta de Salud Escolar nacional el último año, reveló que el 27% de los jóvenes consultados se sintió tan triste o desesperado que dejó en algún momento de hacer sus actividades habituales, y un 16,2% había intentado suicidarse. En Argentina el suicidio se ubica entre las cinco las primeras causas de mortalidad entre los 15 y 44 años.

Entre los notables expertos que se presentaron en el Simposio, el italiano Leonardo Tondo disertó sobre "Suicidio y depresión", mientras que el estadounidense Charles Nemeroff analizazó el "Paraíso perdido: correlatos neurobiológicos del abuso y la negligencia en niños".

Los datos hablan por sí solos. Además de afectar a más de 300 millones de personas, en el último tiempo se convirtió en la mayor causa de discapacidad a nivel global. Los casos aumentaron casi un 20 por ciento en la última década.

Bajo este serio contexto, expertos de todo el mundo trabajan de manera conjunta, comparten opiniones, intercambian experiencias y ahondan en variantes para prevenir la condición y mejorar los tratamientos.

La actividad física, una opción de prevención

Para prevenir hay que primero conocer los factores de riesgo. Si bien no se puede determinar una causa para la depresión, existen múltiples factores que aumentan las posibilidades de padecerla. Por ejemplo, los componentes genéticos, los rasgos de la personalidad o las enfermedades crónicas, como las cardiopatías o el cáncer.

También, los eventos ambientales estresantes tales como las dificultades socio económicas, el abuso sexual, la escasa red social y familiar o la pérdida de seres queridos, de igual modo que el exceso de consumo de alcohol y otras sustancias.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho