Marine Le Pen, la presidente del xenófobo Frente Nacional, será finalmente diputada en la Asamblea Nacional. Si las actuales proyecciones se confirman, podrían acompañarla otros 6 diputados, por primera vez en la historia de este partido fundado por Jean-Marie Le Pen, su papá. Una de las secuelas de esta mayoría macronista absoluta es que ha conseguido hacer crecer los extremos en Francia, tanto a la ultraderecha con el FN y a un grupo parlamentario de los neopopulistas de izquierda de la Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon.

Marine fue elegida diputada en este ballotage de las elecciones legislativas francesas por la circunscripción de Pas-de-Calais, su área histórica, desindustrializada y pobre en el norte de Francia. Según los primeros resultados habría obtenido 58,75% frente a un 31,25% para Anne Roquet, la candidata de La República en Marcha. Pero el sistema no proporcional no favorece al FN en estos comicios.

Las cifras obtenidas no le permiten al Frente Nacional formar un grupo en la Asamblea Nacional, que exige al menos 15 legisladores. Pero será la primera vez, tras tres intentos, que Marine será parte de la Asamblea en el Palais Bourbon, luego de que su sobrina y una de los dos diputados del FN, Marion Maréchal-Le Pen, decidiera abandonar la política por desacuerdos con su tía y la esperanza de regresar en unos años para ganarle.

Aún triunfante, Marine Le Pen y su partido pagan duramente su pésima performance entre los turnos de la campaña presidencial, cuando ella fracasó rotundamente en el debate presidencial con Emmanuel Macron. Nadie la consideró preparada ni seria para ser jefa de Estado. Los primeros desilusionados fueron sus simpatizantes, que no fueron a votar.

Marine deberá ahora resolver el drama que divide a su partido y a sus militantes: su posición definitiva sobre el euro, cuando propiciaba salir de la moneda europea, y su capacidad de mostrarse presidenciable tras su catástrofe presidencial, cuando sus simpatizantes creían que podría ser la próxima presidenta de Francia. Un enorme fracaso.

Esta crisis ideológica partidaria en el Frente Nacional deberá resolverse pronto. Jean-Marie Le Pen, el fundador, ha dicho que él participará en el Congreso del Frente Nacional, “así tenga que romper la puerta”. El va a tratar de imponer un regreso con gloria de Marion Maréchal-Le Pen, su nieta y heredera ideológica, integrista católica, para frenar a su hija. En el clan Le Pen se avanza políticamente a costa de enormes conflictos políticos de familia.