Los tiempos se cumplen, tal y como los marca el propio club de Nervión, y, en este sentido, reina el optimismo y la satisfacción por todos los pasos que se van dando, aunque sin perder la cautela que exige cualquier negociación en el mundo del fútbol. Ayer, el Sevilla y la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), en la misma buena sintonía de siempre, se cruzaban documentos para ultimar la desvinculación total de Sampaoli del club hispalense. Para hoy, la entidad sevillista espera la llegada del pliego definitivo: el finiquito de Sampaoli firmado por el propio entrenador de Casilda, en el que éste acepta condonar al club de Nervión cantidades y primas que se le adeudan por su año de trabajo en el Sevilla, por valor de más de la mitad de los 1,5 millones de euros que estipula su cláusula de rescisión (a partir de mañana, 1 de junio).

Es el último documento que falta y que una vez obre en poder del Sevilla, como acordaron las partes en la reunión del pasado viernes celebrada en el Sánchez-Pizjuán, desencadenará los esperados acontecimientos de oficialidad tanto en Nervión como al otro lado del Atlántico. Finalmente, y a tenor de lo visto, el acuerdo de rescisión ha sido ventajoso para el Sevilla, toda vez que el entrenador argentino es el que asume los mayores riesgos en su salida. Son Sampaoli y su abogado los que han negociado estos últimos días con la AFA el futuro reintegro de esas cantidades a las que el técnico ha renunciado en el Sevilla para poder rescindir su vinculación. Cantidades que la AFA tendrá que añadir al contrato de su nuevo seleccionador, amén de seguir afrontando en los próximos meses los 18 plazos de pago comprometidos con el Sevilla para completar el abono de los 1,5 millones de la cláusula.

En el club, se trabaja en estos asuntos con total tranquilidad e incluso llama la atención la premura existente en los medios de comunicación para que se produzca cuanto antes y de forma oficial el esperado relevo en el banquillo de Nervión. Cabe recordar que el verano pasado, sin ir más lejos, el Sevilla no anunció la llegada de Sampaoli hasta el 27 de junio. Las únicas prisas en este caso, por tanto, son para la AFA y para el propio Sampaoli. La firme intención de la federación argentina es la de presentarlo como seleccionador este 1 de junio, ya que al día siguiente el extécnico del Sevilla debe encabezar la expedición albiceleste hacia Australia para afrontar el amistoso con Brasil, el día 9, y luego viajar a Singapur para volver a jugar el 13 frente al combinado de este país. El pasado lunes, Jorge Sampaoli y su abogado, Fernando Baredes, se reunieron con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, para terminar de cerrar todos los detalles de su contrato.

Una apuesta firme

Nada más que se oficialice la salida de Sampaoli, el Sevilla articulará los mecanismos para concretar la llegada del nuevo inquilino de su banquillo, que no es otro que el también argentino Eduardo Berizzo. La reunión que mantuvieron el exentrenador del Celta y el director deportivo, Óscar Arias, dejó muy satisfechas a todas las partes. Berizzo está ilusionado, encantado con el ambicioso proyecto que el Sevilla le pone en sus manos, y hay poco más que hablar entre las partes. La idea es que firme un contrato similar al de su antecesor, de dos años, y con el que mejorará ostensiblemente los emolumentos que percibía en Vigo. En la entidad de Nervión tienen muy claro desde hace tiempo que Berizzo era el elegido, apostando así por un osado estilo de juego, basado en el fútbol ofensivo y de iniciativa, que dará continuidad al viraje iniciado por el club desde la llegada Sampaoli. El Sevilla lo tiene todo atado. «No debe haber problemas, pero hasta que no se firme, no se puede dar nada por cerrado en el fútbol», aseguran desde el Sevilla a este periódico.

Los argumentos por los que el Sevilla se ha decantado por Eduardo Berizzo, bielsista confeso como Sampaoli, y más allá de su apuesta futbolística, pasan por su amplio conocimiento de LaLiga (en la que también militó como futbolista), su juventud (47 años), el hecho de responder al perfil de técnico con «hambre» de crecimiento y su incuestionable habilidad para gestionar las eliminatorias.