Anoche, en el AT&T Center de San Antonio, los Golden State Warriors, mejor equipo de la serie regular de la NBA, cumplieron con los pronósticos y terminaron de barrer a unos Spurs que no tuvieron, por distintas lesiones, a dos figuras como Kawhi Leonard y Tony Parker. De esta forma de metieron en la final de la NBA por tercer año consecutivo. En la definición enfrentarán a Cleveland Cavaliers o Boston Celtics (la serie está 2 a 1 para los campeones defensores).

No hubo equivalencias en el partido de anoche. Los visitantes sacaron ventaja de entrada y la manejaron durante todo el juego. Cada vez que los texanos amagaban con acercarse, un par de triples seguidos volvían a marcar diferencias. El resultado final fue 129 a 115.

Las figuras de los Warriors fueron Steph Curry (36 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias) y Kevin Durant (29 puntos y 12 rebotes). El goleador de los Spurs fue Kyle Anderson, con 20 puntos y 6 rebotes.

Pero más allá del pase a la final, el gran protagonista de la noche fue Manu Ginóbili. Pese a que no tomó ninguna decisión sobre su futuro, la posibilidad del retiro es muy concreta y por eso fue homenajeado por todo el mundo. Gregg Popovich lo puso de titular y tuvo una gran actuación, con 15 puntos (1-4 en triples, 5-8 en dobles, 2-2 en libres), 1 rebote, 7 asistencias y 3 robos, en 32 minutos. Cuando salió, a pocos minutos del final, recibió una emocionante ovación, donde quedó demostrado el respeto, cariño y admiración del público, compañeros y rivales.