Así, tras el trabajo en comisión, las fuerzas principales políticas de Italia acordaron este martes comenzar a debatir la ley del presupuesto mañana después del mediodía con la mira de aprobarlo a última hora o a más tardar el viernes, luego del feriado del jueves por la fiesta de la Inmaculada Concepción.

 

El acuerdo político permitirá, a través de la introducción de la moción de confianza, que el presupuesto de más de 100 artículos, incluidos los 18 claves sobre las partidas ministeriales, se trate sin considerar las modificaciones propuestas por los senadores, para poder liberar a Renzi, de 41 años y en su cargo desde febrero de 2014, y que el aún premier pueda formalizar la dimisión.

 

Una vez que se concrete la renuncia, está previsto que entre jueves y viernes Mattarella inicie la ronda de consultas para encargar un nuevo gobierno, que todo el arco político coincide en que será "de transición" hasta que se celebren nuevas elecciones.

 

Entre los nombres que aparecen con mayor probabilidad para gobernar el país, hasta un llamado al voto que podría darse entre marzo y abril próximo, aparecen el presidente del Senado Pietro Grasso, el ministro de Economía Pier Carlo Padoan y el canciller Paolo Gentiloni.

 

Padoan, de 66 años y cercano a Bruselas, aportaría un diálogo con la Unión Europea (UE) que aparece como crucial en la previa del G7 que Italia hospedará el año próximo en Taormina, Sicilia, aunque tiene un perfil demasiado técnico.

 

Grasso, por su parte, a sus 71 años podría trasladar al Palazzo Chigi la muñeca con la que ha manejado la Cámara alta desde un año antes de la asunción de Renzi, quien llegó al poder en febrero de 2014.

 

Siete años fiscal antimafia, la figura de Grasso podría reunir los consensos de los sectores más ortodoxos del resto de las fuerzas políticas, como el partido conservador Fuerza Italia, del ex primer ministro Silvio Berlusconi.

 

Gentiloni, un nombre que tomó fuerza en las últimas horas, es un miembro fundador del Partido Democrático (PD), del cual Renzi sigue siendo líder, de extensa carrera parlamentaria.

 

Con dos años a cargo de la Cancillería, el jefe de la diplomacia italiana logró un conocimiento con los otros líderes europeos que serian un valor agregado para los navegar con tranquilidad los compromisos del país hasta la elección de un nuevo gobierno.

De todas formas, luego de fijar la fecha de elecciones, el gobierno de transición deberá resolver con qué ley se harán esos próximos comicios, ya que la actual ley electoral "Italicum" sólo prevé el mecanismo de elección para la Cámara de Diputados y no para los senadores.

 

Este martes se conoció en ese sentido que recién el 24 de enero se sabrá la sentencia de la Corte Constitucional sobre la validez del "Italicum", luego de que se presentaran recursos en diversas ciudades cuestionando el premio, en número de bancas, que otorga al partido más votado.

 

La elección de la ley electoral y la fecha de las nuevas elecciones aparecen así como el próximo elemento de disputa entre las fuerzas del país. Por un lado, el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y el partido anti inmigración Liga Norte plantean la necesidad de un llamado al voto "de inmediato".

 

Mientras la Liga reclama el voto "con cualquier ley electoral", el M5E pide usar al Italicum con un agregado extra para definir la votación a Diputados: esta posibilidad, sin embargo, no puede ser aplicada hasta conocer la sentencia del 24 de enero.

 

La también derechista Fuerza Italia propone en cambio una discusión más larga y profunda que desemboque en una nueva ley electoral. Una posibilidad con la que Berlusconi insiste teniendo en cuenta que para poder volver a ser candidato debe esperar el resultado de la apelación que hizo al Tribunal de Estrasburgo para que revoque la prohibición que tiene de ser candidato hasta 2019.

 

El PD, mientras tanto, espera por la decisión que Renzi deberá tomar mañana durante la reunión de dirección: si continúa como secretario general o si da un paso al costado.

 

El partido de gobierno, aún con mayoría en ambas cámaras, tiene sin embargo un sector minoritario contrario a la conducción de Renzi y que incluso convocó a votar por el "No" en el referéndum.

 

Algunas voces del PD, como la mano derecha de premier, Luca Lotti, plantearon un escenario optimista para la fuerza política, destacando el 40% obtenido en el referéndum como un caudal propio, mientras el casi 60% que obtuvo el "No" corresponde a una vastedad de partidos.