El  Parque Juan de Garay abarca una superficie total de 30 hectáreas, algunas cubiertas por lagos que se internan en la vegetación generando distintas situaciones ambientales. Contiene puentes, glorietas y pérgolas; y un espacio con juegos para el disfrute de los más chicos. Allí también funciona la pista donde se toman los exámenes prácticos para obtener el carné de conducir. En 2009, después de meses de trabajo para su puesta en valor por parte de la Municipalidad, este pulmón verde dentro del distrito oeste fue reinaugurado. El objetivo de los trabajos fue revertir las acciones de vandalismo y las secuelas dejadas por la inundación de 2003.

Hoy la falta de mantenimiento es notable. Los vecinos advirtieron esta situación y se acercaron hasta el matutino de la ciudad para contar cómo se encuentra el lugar. Consideran que "hoy el parque Garay es un depósito de basura". "Imágenes frecuentes y persistentes que muestran los escasos o nulos trabajos que se efectúan para mantener limpio este gran espacio verde", expresó Fernando, un vecino del Parque.

Tanto este vecino como otros consultados por el matutino coinciden con que las tareas de limpieza que allí realiza normalmente el municipio consisten "apenas" en el corte del césped y el barrido de las hojas caídas de los árboles. En esta línea, Fernando agregó: "Se abandonó la limpieza de la basura verdadera constituida por bolsas plásticas, botellas, latas, vidrios, entre otros; y escombros amontonados en el suelo o al pie de los árboles".
En los piletones. La falta de limpieza en los lagos es notoria, sobre todo después de cada fin de semana. Las bolsas y las botellas de plástico flotan en el agua. Da un mal aspecto, pero también genera contaminación para los patos que aún quedan.


Dejó un párrafo aparte para referirse a los cestos que "no cumplen la función para lo que fueron creados y colocados porque están rotos". En este sentido, vale contar que aún existen estos elementos colocados cuando se reinauguró el Parque por lo que están destruidos y deteriorados. "Los desperdicios quedan al aire libre sin ser extraídos y eso permite que se desperdiguen en la superficie verde y luego se acumulen en los lagos que tienen agua, quedando allí por muchos días", dijo este vecino.

Una nueva intervención

Cuando se concretaron las obras de recuperación, se estima que se sanearon unos 20 mil metros cuadrados de lagos que circundan el predio, que estaban en un estado de total abandono. También se limpiaron las islas centrales, con disciplinamiento de árboles y desmalezado. La Granja La Esmeralda hizo una donación de 25 gansos para que habiten estos espacios. Hoy esto ya no está como los primeros días.

De las aves recibidas, hoy solo quedan dos patos, los cuales "son cuidados por los vecinos en muchas ocasiones porque los chicos les tiran con las gomeras". "Le pedimos al área de Ambiente de la Municipalidad y hasta al propio intendente que miren la situación y hagan algo", manifestó más adelante.


En relación al tiempo, los vecinos dicen que esto no es de ahora sino que ya lleva unos años. "En el estanque que tiene agua es una pena porque se acumula basura, sobre todo después de cada fin de semana que es cuando se llena de gente y no lo vienen a limpiar; y en el otro que no tiene agua, que nunca lo habilitaron, tiene basura acumulada y hasta un pedazo de un tacho de basura tirado, todo oxidado. Es una muestra de la desidia y el abandono", dijo Fernando.

En cuanto a la iluminación, cuando fue puesto en valor el espacio, se recuperaron 152 columnas de iluminación y reflectores. Hoy piden que se vuelvan a reponer las que se quemaron o rompieron y también que se limpien las tulipas. "La iluminación está a medias. Cada dos funciona una porque la otra está rota o la tulipa está llena de insectos y eso quita luz, es decir que se puede conseguir más luminosidad sin cambiar los focos sino con limpieza", agregó este vecino.

Desidia. Los tachos para la basura son viejos, están rotos y ya no soportan la basura. Por varios días quedan con los desperdicios acumulados y al no tener fondo, se caen y desparraman. "Son ejemplos del abandono y la desidia por parte del Estado", dijo el vecino.

En definitiva los vecinos consideran que existe una gran contaminación visual y esto lo dividen en tres ejes: "Sobre la carpeta verde con desperdicios de todo tipo; sobre el agua de los lagos con bolsas plásticas y otros elementos; y sobre los elementos arquitectónicos por la impresión de grafitis".