Aunque desde el Gobierno buscan cerrar el debate, el tema está instalado. El oficialismo no tiene los votos necesarios para que el Senado apruebe los nombramientos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz en la Corte Suprema, y la oposición podría usar esa circunstancia para forzar una ampliación del máximo tribunal del país.

Aunque la iniciativa se mencionó una y otra vez, no está en los planes de Cambiemos, al menos en el coro plazo. Esta semana, el ministro de Justicia, Germán Garavano, ratificó su postura. "El Gobierno no va a impulsar la ampliación de la Corte. Es importante completarla y que el Senado vote rápidamente las dos vacantes. No lo estamos contemplando", subrayó. No era la primera vez.

No obstante, la realidad es más compleja. El Gobierno pudo sortear el primer obstáculo cuando los pliegos de Rosatti y Rosenkrantz pasaron con creces su primer examen durante las audiencias que precedieron a los dictámenes de comisión. Pero el PRO y sus aliados radicales apenas tienen 15 bancas, contra 42 del Frente para la Victoria. A su vez, el peronismo federal tiene otros 10 escaños, que podrían sumar ante una eventual división del kirchnerismo.

En declaraciones a la agencia Télam, la jefa del bloque macrista, Laura Rodríguez Machado, reconoció que "la negociación está abierta" para intentar llevar los pliegos al recinto en la próxima sesión, pese a que el Frente para la Victoria busca retrasarlo un par de semanas. En cambio, desde el radicalismo ya mostraron su disconformidad con la posibilidad de ampliar la mesa de negociación.

El kirchnerismo todavía no definió una postura, pero la presidente Cristina Kirchner ya lanzó dardos contra Rosatti y Rosenkrantz, y se mostró a favor de la ampliación. Se los dijo a los 22 senadores con los que se reunió hace unos días.

Mucho más cauto se mostró el peronismo federal que encabeza Adolfo Rodríguez Saá, que aclaró que se trata de "dos debate paralelos" y que una cosa "no está supeditada" a la otra. Sin embargo, el senador de San Luis presentó un proyecto para ampliar la Corte Suprema, dijo que la discusión sobre los pliegos es un buen momento para debatir su iniciativa y dejó entrever que no tiene definido su voto. Por eso, su cautela no parece sincera, sobre todo, porque no esconde sus intenciones de llevar a su coprovinciana Liliana Negre de Alonso al máximo tribunal.

La propia senadora puntana explicó los motivos por los que habría que agrandar la Corte Suprema. "Tiene que tener una representación equilibrada, lo que incluye la representación por género y geográfica. Elena Highton de Nolasco es de Buenos Aires, (Ricardo) Lorenzetti, de Santa Fe, y (Juan Carlos) Maqueda, de Córdoba. Siempre está todo concentrado en la región metropolitana y centro del país como si las otras zonas no existieran", argumentó en definiciones publicadas por la agencia estatal. "Tiene que haber una representación federal", abundó.

Uno de esos argumentos es la base de un proyecto que esta semana presentó la kirchnerista Nancy González para instaurar la igualdad real de género en la Corte, aunque el fifty-fifty podría alcanzarse sin la ampliación.

El panorama no es certero, pero está claro que la realidad supera las pretensiones del Gobierno. Los votos no alcanzan y es posible que no baste una elección para revertir la balanza. Aunque del otro lado todavía no lo reconocieron abiertamente, las intenciones están, y la carta podría sumarse a la mesa de negociación. Si Cambiemos quiere legitimar lo que el presidente Mauricio Macri decidió por decreto, deberá hacer política. Y eso implica ceder.