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Politica 12.04.2016

NACIONALES

Inquietud por Cristina Kirchner e incertidumbre económica en la cena de CIPPEC

Por: Infobae /

 Cuando Mauricio Macri enfiló para los ascensores junto a su mujer para dejar el hotel Sheraton, pasadas las 21.30, el avión que regresaba a Cristina Kirchner a la ciudad de Buenos Aires se aprestaba a aterrizar en el aeroparque metropolitano.
 
No fue solo un capricho del destino. La primera vez de un presidente en la ya clásica y multitudinaria cena anual del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) estuvo atravesada por la indagatoria de la ex presidenta, prevista para mañana y enfrascada en todo tipo de versiones por la movilización de simpatizantes K que prevén rodear en masa los tribunales federales de Comodoro Py.
 
"Hay una justicia que actúa en forma independiente", dijo Macri
 
Macri eligió un auditorio plagado de empresarios, funcionarios, dirigentes políticos, sindicalistas periodistas, consultores y referentes sociales para enviar dos mensajes puntuales. El primero, aplaudido, dirigido a la Justicia, en medio del feroz avance judicial contra ex funcionarios y de la polémica en torno a los "papeles de Panamá", la investigación global que manchó al jefe de Estado. "Hay una justicia que actúa en forma independiente. Tanto que imputan a un presidente antes de los cien días porque un fiscal tiene dudas. Si hay dudas, el presidente tiene que contestar. Así tiene que funcionar la democracia. Pero el poder judicial tiene que actuar con velocidad, con imparcialidad. Que los jueces hablen a través de sus fallos", aseguró Macri en su breve discurso, y arrancó unos tibios aplausos. Aunque sin nombrarla, dio su visión de la citación que pesa sobre su antecesora, que espera por estas horas la resolución de la Cámara Federal porteña que ratifique -o no- al juez Claudio Bonadio al frente del expediente sobre presuntas irregularidades en la venta de dólar a futuro por el que está citada.
 
El otro pasaje fuerte del discurso presidencial que no despertó ni un aplauso tuvo como destinatarios a los empresarios. "Hay muchos empresarios acá, y quiero decirles a ustedes. Necesitamos de su creatividad, que se pongan a invertir, pero no necesitamos de aquellos que aprovecharon ante el primer síntoma de libertad para remarcar precios de una manera descarada", apuntó el Presidente.
Entre unos 1.300 comensales -una cifra récord, según los organizadores-, lo escuchaban ejecutivos de primera línea como Luis Betnaza, Adelmo Gabbi, Jorge Brito (h), Cristiano Rattazzi, Marcelo Figueiras, Eduardo Eurnekián o José Luis Manzano. En pocos segundos, Macri ensayó un doble sinceramiento. Reconoció el rebrote inflacionario y mostró falta de controles ante la picardía empresaria.
 
En cambio, el mandatario sí ensalzó a los gobernadores, varios presentes en el hotel Hilton, como Juan Manuel Urtubey, Miguel Lifschitz, Horacio Rodríguez Larreta -jefe de Gobierno porteño- o María Eugenia Vidal. Les reconoció el acompañamiento en la derogación de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, y en lo que llamó "la revolución educativa".
 
 
 
Desde pasadas las 20, las principales figuras del Gobierno y de la oposición coparon el subsuelo del hotel de Puerto Madero, donde desde hace años se realiza la tradicional cena de CIPPEC. Desde el jefe de Gabinete, Marcos Peña, o el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, hasta la diputada Margarita Stolbizer, el radical Enrique "Coti" Nosiglia,el secretario Fulvio Pompeo o el senador Juan Manuel Abal Medina. Ministros como Rogelio Frigerio o Andrés Ibarra entre dirigentes como Diego Bossio o Gustavo Marangoni, del sciolismo residual. El camarista Mariano Borinsky y el ex juez y ministro León Arslanián junto al actual ministro bonaerense Carlos Mahiques. Algunos llegaron con lo justo, como el secretario Legal y Técnico, Pablo Clusellas, que se duchó de apuro en la Casa Rosada. El Presidente y su mujer, Juliana Awada, ocuparon la mesa 65, junto al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y la vicepresidenta Gabriela Michetti. Macri casi que ni probó el cordero Hilton con tomates asados, copo de puré de batata y miel y lilaceas asadas con miel y zanahoria, regados con abundante malbec Tapiz: llegó apurado, habló unos pocos minutos y se fue raudo.
 
El que se perdió el evento fue Sergio Massa, hasta anoche uno de los dirigentes con más presencia en la clásica cena en los últimos años. El diputado se disculpó con los organizadores y alegó estar enfermo.
 
En las decenas de mesas desparramadas anoche en el inmenso salón, la citación de Cristina Kirchner fue uno de los temas obligados de conversación. "Es una gran incógnita lo que va a pasar el miércoles", se encogía de hombros uno de los funcionarios más influyentes de Macri. Entre 50 y 150.000 mil la previsión de asistentes a la movilización de mañana a las puertas de Comodoro Py. Algunos funcionarios judiciales daban cuenta de la alteración en la rutina para ese día: estacionar el automóvil detrás del edificio de Retiro y dejar los temas más importantes de esa mañana para el día siguiente. "Ese día, por ejemplo, no habrá traslado de presos", aseguraron.
 
La inquietud en el Gobierno por la movilización de mañana es notoria, y crece con el correr de las horas. Nadie puede prever el desenlace, más allá de los recaudos tomados desde los organismos de seguridad. Macri celebra la avanzada judicial, pero hubiese preferido que no llegue hasta su antecesora, al menos por ahora, y en todo caso no por la causa por la que fue citada. Sin embargo, quién más molesto se mostró, entre risas, fue un dirigente porteño que vive al lado del departamento que la ex presidenta ocupa por estas horas en el barrio de Recoleta: dice que su mujer lo llamó fastidiada porque la zona está vallada y es un caos de tránsito.
 
Para colmo, las noticias que llegan desde los tribunales federales alimentan el clima de revancha judicial: por estas horas, el ex ministro Julio De Vido podría recibir otro puñetazo relacionado esta vez con el caso Skanska.
 
A escasos metros de la mesa presidencial, un grupo de sindicalistas, encabezados por Antonio Caló y Andrés Rodríguez, devoraban el cordero. Uno de ellos reconoció ante Infobae el apresuramiento por la citación de la ex presidenta -el mismo razonamiento que esgrimen desde el Gobierno- y detalló la inquietud que existe "entre los más jóvenes" por la marcha de mañana. "Los pibes quieren ir, y le dijimos que vayan, pero sin consignas del gremio", adelantó el sindicalista. Preocupado, más que por la situación judicial de la ex jefa de Estado, por los indicadores económicos de los últimos meses y por los ajustes tarifarios: "Se hizo todo demasiado rápido, hay grandes empresas que pagaban 1 millón de pesos de luz y ahora pagan 8 veces más".
 
Los funcionarios oficiales que atiborraron el hotel Hilton se mostraron menos inquietos. Cautos. "Estamos atravesando el trimestre más áspero", reflexionó uno de ellos, optimista porque llegaba desde la casa de Gobierno con el número fresco del nivel de empleo informado por el titular de la AFIP, Alberto Abad, que arrojó, según el sabueso, un aumento neto de 36 mil puestos de trabajo, sin contar los despidos. "Confiamos en lo que hacemos", tiró otro funcionario, con despacho en el primer piso de la Casa Rosada. Un tercero, de creciente peso en el gabinete macrista, volvió a hacer hincapié en la reflexión del primero: "Hay que pasar el trimestre". 

“Buscar lo que es verdadero no es buscar lo que es deseable”

Albert Camus