“Se sintió mucho el efecto precios nuevos, salarios viejos”, reflejó esta semana un comunicado de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa en donde marcó también una baja en las ventas interanual de 5,8%.

 

En la misma línea, este martes por la tarde el Centro Comercial de Santa Fe hizo público su informe de marzo en donde se habla de una retracción en las ventas en cantidad de unidades de un 5% en comparación con igual mes del año. Además, el estudio advierte que si bien un 29,12% de los comerciantes encuestados informó un incremento en sus ventas en distintos guarismos, un 45,88% reconoció disminuciones reales en su comparación interanual. En tanto, el 25% restante declaró ventas similares al mismo mes del año anterior.

 

Consultado al respecto, el presidente de la entidad, Norberto Raselli indicó a Diario UNO que enero y febrero fueron meses malos, y que si bien en marzo hubo un leve repunte, coincide con el estudio realizado por Came sobre una caída en el consumo en el país.

 

“Esto es extraído del índice inflacionario, estamos hablando de cantidad de unidades. Esto es lo que recogimos del relevamiento que hacemos a los comerciantes”, aclaró.

 

Con mucha cautela, Raselli estimó que la caída en las ventas que refleja el informe debe ser analizada teniendo en cuenta que febrero “fue un mes realmente negativo”. Igualmente, sostuvo que estos números proyectados a futuro generan “bastante preocupación” porque “no solo hay una baja en las ventas, sino también un fuerte aumento de costos”.

 

“Esto es por la incidencia que tienen los insumos, a lo que hay que sumar los aumentos en los impuestos y lo que significa el incremento de la energía que viene realmente muy fuerte, y ahora sumado a lo que es gas y agua. Todo eso va a incidir en el costo y ya no queda margen para poder absorberlo”, manifestó.

 

En este sentido, señaló que la poca actividad que se registra hace que los comerciantes tengan expectativas sobre un período magro, lo que produce un combo no muy alentador, atendiendo además a la situación en la que se encuentran los consumidores.

 

“El consumo interno está afectado por la capacidad de compra del consumidor que hoy no tiene forma de comprar más o menos como lo venía haciendo, y entonces tiene que bajar el nivel de compras”, explicó. 

 

En ese orden de cosas resaltó que dentro de este contexto no solo han disminuído las compras en efectivo, sino que también las tarjetas de crédito de los consumidores tienen altos niveles de saturación. 

 

“Los compradores han cubierto los cupos en su mayoría, entonces eso hace un paquete muy difícil de resolver. Con la expectativa de que, según lo que se escucha en los medios nacionales, la economía va a necesitar seis meses más para poder recuperarse, pero realmente estamos en una situación bastante complicada”, subrayó el dirigente.

 

 

 

 

Dentro del estudio se puede observar el impacto para el comercio del fin de semana “largo” correspondiente a la Semana Santa. “Como podemos observar, un considerable porcentaje de los comerciantes consultados (59,37%) declaró que el fin de semana largo afectó sus niveles de ventas, y un 18,75% informó no haber sido afectado en su actividad”, sostiene el trabajo y agrega: “Por otra parte, algunos rubros específicos como por ejemplo la gastronomía, fueron beneficiados por estos feriados, ante la afluencia de visitantes de otras ciudades”.

 

Por último, respecto de la situación de los comercios en relación a los hechos delictivos, un 72% respondió que no ha sufrido hechos de inseguridad en los últimos 60 días, mientras que un 28% sí lo ha sufrido. De ese 28% solo un 7% lo denunció, mientras que el 21% restante, prefirió no hacerlo.